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Channel: Familia – Asi piensa una mamá
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Mi vida entre 4 mujeres

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 Hoy traigo una sorpresa…el post no lo escribo yo:

Mi querida señora, anfitriona de este espacio, me ha pedido lo imposible: escribir en su blog para contarles lo que se siente ser un único hombre, rodeado de 4 mujeres: 1 abuela, 1 madre y 2 pitufas.

Bueno, antes de meter la pata, creo que es necesario hacer un poco de historia, y tratar de entender nuestra conducta.

Siempre se dice que los hombres somos hipersexualizados (lo cual es verdad), pero poco se habla de otra característica nuestra que es igual o más influyente que la anterior: somos competitivos, y necesitamos sentirnos ganadores e importantes. ¿Por qué creen que nos imaginamos levantando la copa en la final del mundo, metiendo ese smash ganador, subiendo el cerro más alto, dando el golpe de KO, etc.?

¿Por qué nos gusta tanto el fútbol? Porque nos proyectamos. Porque nos hubiese gustado ser ese jugador glorioso. ¿Por qué podemos ver 100 veces el mismo gol? Porque cerramos los ojos y nos imaginamos que Messi somos nosotros, y que la pelota entra, y entramos en éxtasis con esas 100.000 personas que están en el estadio.

Pero esto va más allá: aquellos hombres que no son fanáticos del deporte, querrán ser los mejores investigadores, los mejores músicos…soñarán con recibir el premio Nobel, tener el auto más cool, la billetera más profunda, tener más grados académicos y un largo largo laaaaaargo etcétera.

Y es que los hombres necesitamos competir. Y no solo contra terceros, sino también contra nosotros mismos. Y no solo por el hecho de ganar, sino también porque generalmente las competencias nos permiten medirnos, a través de un indicador concreto.

Nos gusta el reconocimiento. Nos gusta trascender. Felices seríamos Presidente. Necesitamos sentirnos importantes. No descansaremos hasta encontrar ese lugar en dónde nos sintamos de esta manera. Y no es necesariamente por ego. Mas bien lo veo como una señal de debilidad o dependencia, que es bien distinto.

Por eso nos cuesta tanto adaptarnos cuando llegan los hijos: perdemos nuestro sitial, y pasamos a tener baja prioridad en la escala de importancia en el hogar. Y es por eso que siempre reclamamos. No digo que esté bien, pero así funcionamos.

Mi caso es de aquellos en que dices “las vueltas que da la vida”. En mi casa eramos 4 hombres vs 1 mujer, mi madre, que viene a ser el exacto inverso de mi realidad actual. Era mi madre la “diferente”, la que tenía otra forma de pensar. Pero, a diferencia de lo que hacemos nosotros, nunca se quejó (casi me atrevería a decir que lo disfrutaba).

Ahora, la vida se ha encargado de mostrarme el otro lado de la medalla. Aquello que para los hombres es tan importante, para la gran mayoría de las mujeres no puede tener menos importancia.

El problema es leve cuando estás one on one, porque la contienda es pareja. Pero cuando nacen los hijos, la cosa cambia. Porque la mujer hace una actualización completa de su  sistema operativo, pasa de la versión 1.5, a la 5.0. Empieza a funcionar con una escala de prioridades totalmente distinta. Es casi como un nuevo nacer psicológico.

En cambio, el hombre solo hace el upgrade de la 1.5 a la 1.7. Básicamente, sigue siendo el mismo. Es cierto, los niños pasan a tener el 1er lugar en la escala de prioridades (quizás no en todos los casos), pero nos siguen importando las mismas cosas, y seguimos necesitando lo mismo para ser felices (en las mismas magnitudes).

Y, mientras la mujer saca la ropa de su hij@ y hace complejas proyecciones matemáticas para estimar la temperatura que hará a las 7 de la tarde, de manera que la ropa elegida para el bebé sea la perfecta, nosotros planificamos la tarde pensando en todos los partidos que queremos ver, asumiendo que “algún sacrificio tendremos que hacer” por el bien de la familia y los niños (i.e. perdernos la repetición del partido del Chievo Verona)

¿Y qué pasa cuando pasan a ser 4 mujeres y 1 hombre? Pues pasa lo mismo que cuando un equipo juega con 3 jugadores menos:

  • Toda tragedia pasa a ser inminente (arañas asesinas, caídas por al vacío el balcón, muerte por asfixia con alimentos, muerte súbita, ahogo por inmersión en el agua, etc)
  • Lo que se dice, por muy trivial que sea, habrá pasado, sin excepción, por el proceso que denomino “la partida de ajedrez”, en donde se calculan todas las posibles combinaciones de cosas que se pueden decir, de manera que la contraparte no vaya a malinterpretar/sentirse ofendida/sentirse obligada a cambiar los planes
  • La conversación (o el cacareo, como le digo yo) predomina por sobre todo.
  • Las princesas son tema (las de los cuentos y las de la revista Hola)
  • Hay muchos, muchísimos gritos, pero muy muy pocos golpes
  • No importan tanto los logros en el trabajo, ni el dinero, ni el poder, ni los autos, ni ser campeón del mundo ni ser presidente…
  • …pero sí existe una estricta medición de indicadores clave: Horas que han pasado desde la ultima caca, minutos conectad@ a la teta, minutos/olla, minutos/microondas, horas/tele, horas/Tablet, minutos desde el último llanto
  • La comida tiene tendencia a lo sano
  • Pocos insultos, pocas malas palabras, pocos gases en espacios públicos del hogar
  • El auto puede estar sucio por dentro y por fuera, y a nadie le molesta.
  • Cuando cambias de usuario en el computador, te encuentras con artículos como “En mi cama somos 4″, “Los beneficios del parto natural”, o paginas de ropa de bebé en descuento, y un montón de artículos tipo receta con “Las 10 cosas que…”
  • Te das cuenta que muchas más mujeres de las que creías no pueden pasar 1 solo día sin hablar con su madre

Y, así, podría seguir enumerando.

La verdad es que vivir entre tantas mujeres es, a veces, una locura, pero a su vez una experiencia muy curiosa y divertida.

Es asombroso ver lo sacrificadas que son, lo unidas en todo momento, pase lo que pase, el afecto implícito que hay en sus relaciones. Su habilidad para valorar las cosas importantes de la vida. Su energía eterna y renovable, día a día. Su capacidad de aguantar todo, y de reacomodarse eternamente.

En el fondo, son encantadoras desde el minuto 1. Esa forma de mirar, de decir las cosas. Son encantadoras!

Seguiría adulándolas, pero ahora me tengo que ir porque va a comenzar el resumen de los goles :)

Este post inaugura una nueva sección, “cosas de ladies”, para intentar describiros como es la vida en una casa casi casi completamente gobernada por mujeres. Palabra que el post está escrito por el padre de las criaturas, sin edición, y palabra también que se ha controlado mucho…porque hay días que le volvemos un poco loco

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Hermana, ¿me quieres mucho verdad?

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Esta frase la llevo escuchando hace semanas por casa. No cuando estoy presente, pero sí cuando no estoy a la vista. Pero igual la oigo. Y no es la frase de la enana intentando que su hermana mayor le haga algo de caso.

Es la terremoto mayor quien pregunta a su hermana pequeña si la quiere mucho. Aunque la enana no le conteste, ella insiste “porque tu me tienes que querer mucho, solo a mi”

Ojo, que aunque le encuentro mucha ternura a la primera pregunta, le encuentro algo de alarma a la segunda. ¿Sólo a ella? ¿Qué significará eso? ¿Querrá que su hermana dependa de ella para dejar de depender de sus papás? ¿no puede darse una vuelta tan compleja verdad? ¿será una forma de reclamar que ella necesita que alguien esté más pendiente de ella?

Algunos días, cuando después de escuchar conversaciones como llamo a la enana para que venga a vestirse o algo, me encuentro que la mayor me dice “yo ayudo a la chiqui, porque ella me quiere solo a mi y quiere estar solamente conmigo, así que yo la ayudo” a lo que la enana terremoto se escabulle y corre con mamá.

Y yo en esta situación solo veo a mi terremoto mayor, que siempre ha necesitado y sigue necesitando atención continua (os lo contaba aquí) en una búsqueda desesperada porque mamá esté menos demandada por su hermana, que está pasando por una etapa muy sensible, con muchos cambios y con mucha demanda de cariño de mamá. Y al fin y al cabo, conmigo es con quien están todas las tardes, y creo que la mayor lo está acusando sobretodo ahora en vacaciones. El fin de semana tiene toda la atención de papá, pero quiere sus momentos con mamá. Justo en estas mismas semanas no para de regalarme dibujos y manualidades “solo para ti mami”

Eso si, también hay que decir que cuando se le pasa este subido de amor a la mayor (el fin de semana especialmente) y a su hermana le da por decir “emana, mírame yo igual que túuuuuu; miiiiirame veeeeen” Entonces es cuando pasa absolutamente de ella, la mira de reojo y le dice con desgana “ah si…que bien” (y claro, la otra se pica, se levanta y delante de ella le dice “mirameeeeeee!”)

En casa cuando esperábamos la llegada de la segunda terremoto una de mis preocupaciones eran los celos. Esos temibles celos que todos dicen que torturan al mayor cuando llega el hermano. Porque le quitan el trono. Las terremoto se llevan dos años. Y aunque como os contaba el otro día, llevo desde entonces enmendando los errores que puedo ir cometiendo con una o la otra, los celos no aparecieron con la llegada de su hermana. Ella adoraba mirar al bebé, tocarla, saludarla, darle besos como no se los da a nadie, y claro, también la ignoraba cuando requería atención para ella.

Conforme fue pasando el tiempo y llegaron las “gracias” de la pequeña, que desarrolló esa sonrisa picarona que conquista, cuando empezó a mostrar ese carácter extrovertido y dicharachero, ahí si empezamos a notar algo parecido a los celos. Pero no eran celos. Creo que a veces la mayor se siente “transparente” (me suena muy fuerte…) Porque fuera del núcleo familiar,  las visitas se rinden a los encantos de la enana, tentados con su carácter extrovertido y olvidan que, más silenciosa y tímida, la terremoto mayor también quiere mostrar sus logros, y que alguien se siente con ella a jugar. Ojo, sin presionar, solo acompañándola. Entonces…¿quien no va a tener celos o como quieras llamarlo?. Fuera de casa si que ha sido destronada! Ha costado un tiempo y mucho hablar con conocidos y familiares, para que se fueran dando cuenta que, aunque la enana sea la reina del mambo, la atención hay que dividirla.

Si tengo que hablar de celos en casa, sería la enana la que es celosa. Ella que apenas ha tenido uso de razón, es capaz de trepar hasta mis brazos con tal que no lleve a nadie más. Y ha crecido, y prefiere caminar a ir en brazos…excepto si su hermana los pide. O puede estar sentada jugando en el suelo, hasta que su hermana me pide que me siente con ella en el sofá. Entonces defiende su terreno con mamá con uñas y dientes, trepará encima mío, empujara a su hermana, le caerán lagrimones si no puede estar a mi lado…y yo termino como el jamón del bocata con las dos peleando por los cm de mamá que tiene cada una.

O cuando le propongo algo a la terremoto mayor, y la enana esté donde esté dice “yo tambieeeeeeen!” Nosotros intentamos hacer cosas a solas con cada una a menudo, pasar ratos “1 contra 1″ con cada una; pero la enana, si se trata de mamá, no cede a que su hermana salga con mamá a solas. Le sienta fatal. Pero poco a poco esperemos lo vaya entendiendo, y comprendiendo que es como cuando ella y yo vamos solas a alguna parte.

Que lo entienda y vayan apareciendo gestos como los de correr a preguntarle “que pachó?” cuando su hermana llora, acercarse a mirarla cuando ve que está enfadada, compartir con ella cada vez que recibe un chocolate. Gestos de solidaridad y amor fraternal, tan espontáneos que sorprenden.

Eso si, si una se encuentra mal, o ha dormido poco, o tiene el da torcido, entonces la guerra está asegurada. Las dos quieren sentarse al mismo lado de mamá, beber del mismo vaso, jugar con el puzzle, etc…pero eso, creo, son peleas sanas entre hermanos.

Creo que para minimizar los celos es importante darles su espacio a cada una, no hacer lo mismo con ambas si tienen gustos diferentes, siempre que se compra una “sorpresa” para una, que haya para ambas, enseñarlas a compartir pero también que respeten las cosas de la otra….y a respetarse entre ellas (que ahora estamos pasando una época en que “vuelan” pellizcos por casa); y fomentar mucho las muestras de cariño (o predicar con el ejemplo). ¿será suficiente con estas cosas? ¿se pelearán mucho a los largo de su infancia, o su adolescencia? ya lo veremos con los años :)


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Paseo a la Viña Morande…en una tarde cualquiera

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Uno de los paseos en Santiago que más me gustan, y que más disfruto, es el de ir a comer a una Viña en el Valle Casablanca. En la ruta 68, en el camino entre Santiago y Viña, nos encontramos varias viñas con restaurantes incluidos, donde degustar los vinos de la casa y probar ricos manjares que los acompañen. Además, las vistas por esta zona son increíbles, sobretodo si vas en época de cosecha (Aquí a partir de septiembre)

De todas las viñas que he conocido, me quedo con la Viña Morande.

Imagen de la web de House of Morandé

Imagen de la web de House of Morandé

Con un restaurante no muy grande, con interior y terraza, y una amplia extensión de espacio exterior para descansar, jugar con los niños, pasear, o relajarse, es un lugar ideal para ir con niños.

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Aunque el trayecto desde Santiago se hace un poco largo para una salida a comer, la oportunidad que jueguen un rato después de la comida, y que nosotros podamos llevarnos algún souvenir de la tienda…es una buena tentación.

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Hemos ido bastantes veces, porque además van cambiando partes del menú para que sean de temporada. Os dejo, por ejemplo, su menú degustación:

Imagen de House of Morande

Imagen de House of Morande

Otros detalles del menú eran sus frases:

A mi me gusta, ya sea en otoño, primavera o verano, incluso en un soleado día de invierno. No puedo resistirme a platos como este:

 

acompañados de una copita de vino blanco:

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Esta vez nos sorprendieron con un mantel de papel para niños, donde podían dibujar a gusto, y donde tenía su propio menú a elegir:

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Lo encontré un detalle acertado que no siempre encuentras en un restaurante, aunque sea familiar. Las pequeñas terremoto llenaron el papel de colores mientras esperábamos para la comida, y después, por supuesto, las perdimos en los juegos. Y, nosotros, a disfrutar de la comida con estas vistas:

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Además, tienen un quincha (barbacoa) que puedes reservar para grupos más grandes, y también te ofrecen la posibilidad de encargar una cesta de picnic con todos los implementos, y comida del restaurante y vino de la bodega, que puedes disfrutar en cualquier punto del terreno.

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A la salida, no olvidamos pasarnos por la tienda:

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Y, por supuesto, la larga vuelta en coche hasta casa fue ideal para que las pequeñas aprovecharan para hacer la siesta…y llegar repletas de energía a casa jeje. Si estáis en Santiago, con niños, vale la pena el paseo. si queréis saber más, podéis entrar en su web. Os dejo con otra frase:

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El misterio del habla

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La revista Edukame de este mes me inspira a hablaros de este tema. Y me inspira porque en casa tengo dos niñas, a las que hemos criado igual (no igual igual porque es imposible, pero con las mismas bases) y son dos niñas que han tenido un desarrollo del lenguaje completamente diferente. Ya sabemos lo importantes que son las palabras en la comunicación con los niños: mejoran la comunicación, reducen las rabietas, y nos hacen la vida más fácil.

En mi caso las terremoto ya he dicho muchas veces que no se parecen en nada. Bueno, pues tampoco se parecen en cómo han aprendido a hablar, ni en los tiempos de aprendizaje.

A la mayor, que ha pedido movimiento desde que llegó a este mundo, le cantaba mucho cuando la paseaba arriba y abajo para que se calmara. Aunque tomó teta un año, no era niña de calmarse solo con darle leche. No le gustaba de hecho. Así que paseábamos al ritmo del “joan petit quan balla”. Y sí, le hablábamos en las mudas y cuando jugábamos con ella, pero tampoco nada en exceso. Como digo, era bebé al que le gusta estar en movimiento, así que pasábamos mucho rato en la calle con el cochecito.

En casa el padre de las criaturas le habla chileno, la iaia le habla castellano, y aquí su querida madre le habla catalán cuando no se le olvida y le habla un mix de castellano-chileno.

Pues bien, ya fuera por las canciones, o por escucharnos hablar, o por su querido Mickey Mouse y su serie de la tele, o por ponerle música, o por su curiosidad innata por el lenguaje y las lenguas; el hecho es que antes de cumplir los dos años en la guardería me preguntaban qué habíamos hecho para que hablara tanto y tan claro. Hilaba frases cortas, pronunciaba mejor que lo que correspondía a su edad y, aunque tímida, se hacía entender ante una necesidad. Y de ahí ha sido un no parar, porque es capaz de ponerse series en inglés solo para aprenderse palabras (y no es iniciativa de sus padres) Ella manifiesta abiertamente que quiere hablar más idiomas que sus padres de mayor.

Y entonces tenemos a la enana, que aunque mucho más tranquila y amante de la teta y del silencio, ha tenido a una cotorrita al lado desde que nació hablándole y hablándole. La pequeña a la que quizás no le hablamos ni cantamos tanto, porque su consuelo era siempre la lactancia o el piel con piel con mamá. La pequeña que adora mirar y mirar libros. La pequeña que, con dos años, podías contar con una mano las palabras inteligibles que decía. La pequeña que, con dos años y medio, hablaba su propio lenguaje, pero no se le entendía nada!!! ¿Cómo se lanzó a hablar? Primero, descubrimos unas canciones infantiles en catalán que le encantaban. Se las poníamos todos los días camino a la guardería. Primero, tarareaba, después repetía palabras, y ahora se la sabe todas enteras! Después vinieron las canciones de la guardería, las de sus series favoritas…y poco después hablaba como cotorrita. Si es verdad que no comprende lo que le pedimos o preguntamos tan rápidamente como su hermana, pero ahora ya te da discursos y cuenta historias completamente comprensibles. Y con ella siempre que me señala algo sin decirme lo que quiere le verbalizo lo que pide, y si asiente, le pregunto si me lo puede pedir con palabras. Por imitación va aprendiendo.

Si lo pienso fríamente igual nos parece que hablaba menos de lo que hablaba, pero es que sin querer la precedía el ejemplo de la ávida cotorrita mayor. Según la guía ofrecida por el número de Edukame de este mes, resulta que está en la etapa que le corresponde. Lo que uno aprende…

Cosas que hacemos en casa que, creemos, estimulan el habla:

  1.  leer cuentos
  2.  cantar canciones
  3.  contar lo que vamos a hacer o hablar de lo que hemos hecho
  4.  nombrar las cosas (por ejemplo si las niñas señalan un vaso, decirle: Quieres el vaso de zumo?)
  5.  intentar ayudarlas a verbalizar lo que quieren expresar cuando lo señalan, y después pedirles que lo hagan ellas. Si no quieren, siempre lo dejamos “para la próxima para no aburrirlas” (esto ahora ya solo nos toca con la peque…la mayor no lo necesita)
  6. escuchar lo que tengan que contarnos (aunque sea laaaargo)
  7. no corregir las pronunciaciones o verbos (porque aun no están en esa etapa) pero decirlo o pronunciarlo siempre correctamente

Cosas que recomienda la revista para las edades de las terremoto:

De dos a tres años:
  1. Utiliza con el niño un vocabulario amplio y variado
  2. Enséñale cómo se dicen los verbos correctamente
  3. Cántale todo lo que puedas
  4. Mantén la calma mientras el niño intenta contarte algo (esto reconozco que a mi, a veces, me cuesta)
De cuatro a cinco años:
  1. Diviértete con tu pequeño usando las palabras; podéis jugar a las adivinanzas, al veoveo, a contar chistes breves (justo este año empezamos a jugar con el veo veo…da tanto juego!)
  2. Juegos para enseñarle a decir correctamente una palabra
  3. Ante su insaciable curiosidad y sus constantes preguntas debemos actuar con normalidad y contestarles con calma aunque insista
  4. Aprovecha esta etapa de imaginación desbordante para inventar con él cuentos e historias.
  5. Juegos de memoria, adivinanzas…jugar jugar jugar con el lenguaje

De la revista también  he aprendido que el correcto masticar ayuda al lenguaje; pero en nuestro caso, ninguna de las dos es buena masticadora, así que eso seguro no lo hemos aplicado.

También nos hablan del bilingüismo. Si hay algo que tengo claro y he leido en todas partes, es que para el bilingüismo en el hogar, cada padre tiene que hablar siempre siempre al niño en el idioma elegido. Yo iba muy bien con esto hasta que terremoto mayor se hizo mayor, y cuando había más gente me decían que no se entendía lo que le decía, y después nació la enana y andaba tan cansada que cambiar trescientas veces de idioma me agotaba…y ahora estamos volviendo a la situación inicial en que solo les hablo catalán. Digo esto porque aunque está claro que lo ideal es que sea una persona-un idioma, las niñas entienden el catalán y se defienden cada una a su nivel en el idioma, así que las pequeñas esponjas lo aprenden igual (aunque yo no siga las “instrucciones” al pie de la letra)

Hasta aquí mi propia experiencia, de nuevo con niñas algo creciditas. Si queréis más información sobre el desarrollo del lenguaje en bebés y niños más pequeños, entrad aquí. Y no os perdáis los juegos que incluyen en los materiales.
juego lenguaje
La foto que veis es del juego “Digo Digo” que tiene distintos juegos según la edad de los peques. Me ha encantado! Ya lo tengo listo para jugar, en una tarde cualquiera, con las pequeñas terremoto.

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La figura paterna

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Hoy es el día del padre. Aunque viva en Chile y el día del padre se celebre en Junio, tendréis que perdonarme porque para mi, hoy es el día del padre.

Un post de Maternidad como puedas me inspiró para escribir el post de hoy. Hoy me voy a remontar años atrás para recordar a figuras “paternales” (por describirlo de alguna manera) con las que compartí mi infancia y adolescencia.

Primero quiero hablaros de mi abuelo materno (al paterno no lo conocí) porque hoy es San José y así se llamaba. Aunque de adulta haya sabido cosas que no necesitaba saber sobre mi abuelo, nada puede borrar la imagen que él grabó en mi. Yo era su nieta favorita, me venía a buscar todos los viernes al colegio, me traía merienda (de la de verdad, de la que mola, un buen bollicao, o un donut o algo así), pasaba conmigo parte de las vacaciones de verano en su piso en la playa; compartíamos muchos buenos momentos (mi abuela materna también compartía estos ratos con nosotros, pero hoy me voy a centrar en él) Recuerdo que él me dio a probar mi primera chiquilín untada en café con leche, su recuerdo viene ligado al club donde íbamos en verano, a amanecer con olor a mar, a paseos por la tarde, a dormir con el ruido de los trenes al pasar, a paseos en barco, a domingos en castelldefels. Su recuerdo también viene de la mano de esas comidas de domingo, de esos domingos de ramos y lunes de pascua, de esas tardes de juegos, de esas largas sobremesas, y de lo que me enseñaba. Porque él siempre quiso enseñarme a hablar correctamente, a escribir a la perfección. Recuerdo haberle ido a ver al hospital, cuando ya estaba enfermo, a llevarle mi excelente en una redacción en castellano. Porque sabía que a él le importaba más que a nadie. Me enseñó a jugar a cartas y, aun convaleciente de su enfermedad, siempre tenía el ánimo para jugar un rato a basquet conmigo. Se fue demasiado pronto para mi. Con él aprendí que no somos inmortales. Fue la primera vez que perdía a un ser querido y no fue nada fácil. Recuerdo ese último verano que pasamos juntos: en otro piso, en otra playa. Él ya muy enfermo, pero yo estando con él cada día. Recuerdo sentir que se despedía de mi el último día que le vi. Con él se fueron esas comidas navideñas y eventos familiares en los que no faltaba nadie, en las que todos reuníamos, discusiones y risas incluidas, con la mesa puesta con elegancia. Con él se fueron muchos aprendizajes que quedaron en el aire, a medio camino, a medio aprender. Pero con él me quedó grabada la importancia de los abuelos en la infancia de los niños…aunque no lo sabría hasta más adelante. Él me dejó tantas dosis de cariño que aun tengo algunas guardadas. Eso sí, si llega a enterarse que soy del barca, me hubiera llevado una buena bronca, jeje.

yayi

Después, no puedo dejar de hablaros de mi padre.  Si para mi abuelo era la nieta favorita, mi padre giraba completamente en torno a mi bienestar. Solo quería lo mejor para mi, y lo digo yo y todo el que le conoció. Y presumía de mi. Fue padre muy tarde, pero fue compañero de juegos (sobretodo de videojuegos) y de viajes, y de compras secretas para el día de la madre, y de vermuts de domingo….y de tantas otras cosas. Eso sí, entre semana le veía poco, muuuuy poco. Los negocios siempre lo tuvieron muy absorto. El esfuerzo por formar su propia empresa, el camino que recorrió persiguiendo ese sueño, hacían que volcará muchas horas en el trabajo. Recuerdo perfectamente su voz grave (eso si…mejor no escucharla cuando estaba enfadado), me encantaba que se vistiera de una forma tan extravagante, ajeno a la moda y a los “cánones sociales” y me encanta haber heredado ese gusto por no ir a la moda (aunque mi estilo no sea para nada extravagante y de pequeña me molestaba que me cortara el pelo como él quisiera o me comprara ropa) Muy amigo de sus amigos, admirado por todos por su bondad y generosidad, de él aprendí un montón de costumbre que tengo grabadas a pesar de mi mala memoria: el gusto por comprar mil cosas para el cumpleaños o el día de la madre, para que hubiera muchos paquetes para abrir; el gusto por el vermut, la tradición de la comida/cena el fin de semana, las barbacoas, las paella, las tardes viendo pelis, y ese juego que me enseño y mi memoria no me deja recordar…gracias a él creí ciegamente en Papá Noel (después que dejara caer un montón de pelis por la escalera cuando yo me negaba a irme a dormir sin conocer a Papá Noel…y por supuesto volé a acostarme en cuanto escuché el ruido y no dudé nunca más) y también desayuné con Mickey Mouse (aunque ahí creo que a mi madre le hacía mas ilusión que a mi) tantas otras cosas. También le fallé, pero eso es parte de una historia mucho más larga que algún día os contaré. Sé que tenerme a mi fue una de las mayores alegrías de su vida (sino fue la mayor), y eso no dejó de transmitírmelo. El cariño que me tenía y su amor por mi ni se borran ni se olvidan, a pesar de mi mala memoria. También se fue muy pronto, y muy de repente, y con él se fue la estructura de familia que yo conocía. La realidad me despertó bruscamente y tuve que crecer, de verdad, de la noche a la mañana. Ojalá hubiera podido conocer a sus nietas, se le habría caído la baba, seguro.

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Mi madre encontró un compañero en el camino un tiempo después (si digo pareja mi madre me echa de casa) y yo conocí otra figura que, aunque nunca tomó el papel de figura paterna (lo cual le agradecí siempre y él lo sabía) sí compartió conmigo muchos años y muchos aprendizajes. Aprendimos mucho de tolerancia y empatía; ambos. Nos peleamos mucho, a épocas no nos hablamos y terminamos sintiendo que éramos familia. Fue un largo camino recorrido que nos enseño a respetar la forma de ser y de pensar de la persona que tienes al frente, que puede no pensar como tu pero no por ello debes dejar de apreciarla. Él me enseñó a conducir, me enseño a apreciar la buena pastelería, el buen pan…y el buen turrón. Me enseñó de fútbol, y miles de curiosidades de todo tipo: de historia, de la ciudad, de la gente, y me explicó historias de su vida. Me enseñó a envolver regalos, y alimentó mi vicio por los artículos de papelería. Y también hizo algo impagable por mi: hacerle compañía a mi madre desde el día que me fui a vivir fuera. Su apoyo, su tiempo, su disposición no tuve tiempo de agradecérselo como correspondía. Conoció a la terremoto mayor, aunque ella no le recuerde, y sé que le hubiera gustado hacer de abuelo un tiempo más, se le veía aunque no lo dijera en voz alta.

guasch

Estas tres figuras, estos tres hombres; de edades, creencias, educación y opiniones completamente distintas entre ellos, me enseñaron muchas cosas, compartieron conmigo muchos momentos, me ayudaron a crecer y me entregaron cariño a raudales en el tiempo que compartí con cada uno. Este es mi pequeño homenaje a ellos tres, por todos esos buenos momentos.

Y por supuesto, feliz día a todos los padres que celebran hoy su día, y a los que no lo celebren hoy también…y sobretodo sobretodo, al padre de las criaturas. Que no lo celebra hoy, pero ¿podríamos celebrárselo dos veces no?

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¡Quiero irme al super!

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Después de trabajar medio día, pasar la tarde con 5 niñas entre 2 y 5 años, de recoger los efectos del terremoto que había pasado por casa, llega el padre de las criaturas y decido “quiero irme al super”

Más de uno puede pensar que estoy loca. ¿Irse al super a las 8.30 de la noche? (Aquí cierran a las 10) ¿Un viernes? ¿A quién le puede apetecer?? A mi.

Porque aunque lleve una lista muy larga, aunque tenga 1 hora y poco para hacer la compra, aunque tenga que hacer cola a pesar de la hora, aunque tenga que salir a esta hora…quiero irme al super.

Quiero una hora de tranquilidad, una hora de pasearme por los pasillos del super sin que las niñas quieran comprar esto o lo otro, sin que alguna de las dos tenga pipí, sin que nadie me pida nada. 1 hora de no pensar, de no atender nada, de pasearme por los pasillos del super con toda la tranquilidad del mundo…1 hora sin hablar!!!! 1 hora de cambiar el chip.

Así que sí, si toca ir al super, en casa el padre de las criaturas y yo nos peleamos por quien de los dos se va solo a hacer la compra…ya sean las 8 de la tarde de un viernes o las 9 de la mañana de un domingo. ¿Seremos los únicos locos?

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Entrevistando al padre de las criaturas

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Ayer fue el día del padre en Chile, y como pequeño “homenaje” al padre de las criaturas, hoy le voy a entrevistar. Pero no sobre él, sino sobre paternidad. Como introducción os diré que estudió ADE, se dedica a las ventas, y trabaja fuera de casa en un horario de 9 a 19 de lunes a viernes. Con esta info…

1 – Cuál es el mejor día de la semana?

Psicológicamente el Viernes es muy bueno, pero el Sábado no tiene competidores porque puedes desconectar del trabajo (“descansar” no es la palabra correcta si tienes hijos pequeños :P),  y tienes todo el tiempo para estar con tu familia.

2 – Del 1 al 10, ¿cuánto te gusta ponerte a recoger juguetes de lunes a jueves a las 23 de la noche?

Digamos que “no es lo más apasionante que me ha tocado hacer”. Es más, a veces quedan ahí mismo hasta el día siguiente.

3 – Qué es “mejor”: fregar platos, cambiar pañales, o recoger juguetes

Mientras tome teta, cambiar pañales. Cuando empieza “lo sólido”, mejor pasarse a la recolección de juguetes.

4- ¿Qué ves de ti mismo en cada una de las niñas?

en la terremoto mayor: Los ojos, su alegría interna, su buen humor, su carácter “liviano” en situaciones sociales. Lo estresada para otras cosas.

en la enana: Lo cariñosa que es con la gente que quiere, y como lo trata de manifestar físicamente, pero solo con la gente que tiene confianza. Lo estructurado y metódico para algunas cosas. También lo mañoso.  

(pd de la entrevistadora: después de la respuesta me pregunto qué tienen mío las niñas)

5- Qué “vicio” sabes que le has transmitido a las niñas (con uno basta jaja)

Uno es muy poco! Pero me quedo con el ir a revisar el refrigerador y la despensa para picotear entre comidas, jeje.

6 – Reconócelo: ¿te encanta bañar a las niñas porque es un buen momento para cotillear twitter mientras se entretienen solas?

Ehhhhhm, es que reviso artículos de “cómo darle el baño perfecto a tu hijo/a” :P

7 – Cómo lo haces para roncar mientras una de tus hijas chilla a tu lado…tanto que hasta la oigo yo desde el salón antes que te despiertes.

Objeción! Esto más que una entrevista suena a un apaleo público por parte de la entrevistadora. Hablen con mi abogado.

pd de la autora: así sucede:

misterios de la paternidad

Gracias @lapsicomami por prestarme la imagen

8 – Y ya que estamos en materia: pros y contras del colecho desde tu punto de vista

Pros: Es rico que te abracen y sentir su calorcito en las noches

Contras: Tener que dormir con la luz encendida, recibir patadas ninja en la mitad de la noche, tener que cambiar las sábanas a las 3 am.

9 – Qué es lo más difícil de convertirse en padre

Darte cuenta y luego aceptar que tu vida cambió para siempre. Lo mágico es que cuando lo aceptas, entonces dejas de ver como negativas cosas que antes veías como tal.

10 – Y de la bipaternidad?

Mantener la paciencia y la calma, especialmente cuando uno viene con el cansancio acumulado del trabajo

o de una noche en que se durmió mal.

11- Y de que sean dos niñAs?

Acostumbrarme a que se les debe tratar con más sutileza 

12 – Y qué es lo mejor de la paternidad hasta el momento?

Estar con ellas, verlas, escucharlas. Es fantástico, milagroso!

13 – Mejor anécdota de estos años de paternidad

Hay muchísimas, como cuando nos estábamos casando y nos pasan a la mayor para salir con ella en brazos, con la advertencia de “cuidado que se hizo caca entera”. También es divertido cuando se pintan sin avisarte y se dejan un desparpajo en la cara.

Otra cosa que me hace reir es cuando dicen las palabras mal, pero te corrigen a ti y te dicen que eres tú el que está equivocado.

14- El peor momento del día

Desde que apago la ducha, hasta que están sentadas y abrochadas en el auto, para ir al colegio.

15- Ya que estamos en al copa américa ¿Se te cae la baba al oir a tus hijas cantar “Chi chi chi le le le, viva chileeee” 

Más que los gritos, me encanta que para ellas empiece a ser un ritual y les guste ver el fútbol conmigo (aunque al final no vean el partido)

(pd: a mi sí cuando gritan Visca el Barça jeje)

14 – ¿Qué pides para el día del padre?

Fuera de que suene como cliché, estar con ellas y recibir ese cariño incondicional es lo máximo, y es todo lo que necesito.

(como el post se publica después, puedo contaros que el padre de las criaturas recibió un jersey calentito de la enana porque no hay forma que se lo compre y deje de pasar frío en la oficina; una clase para aprender a cocinar pizzar padre-hija de la terremoto mayor a ver si los convierto en Masterchefs, y un montón de dibujos…ah! y una salida a comer a ese restaurante que llevaba tantos meses queriendo catar)

15- Que echas de menos de lunes a viernes en tu papel de padre

Poder llegar más temprano, no tener que ir corriendo para allá y para acá.

16- Qué cambiarías en Chile en favor de una mejor conciliación

Creo que es clave equilibrar la mirada femenina con la masculina en el trabajo, ya que hoy está muy cargado para lo último. Esto implica flexibilidad, entender que todos tenemos una vida agitada, llena de tareas, deberes y actividades con las que hay que cumplir, y hacerle la vida más fácil a las personas, en vez de más difícil.

(hablando de conciliación…¿tenéis ya la segunda edición de #mamiconcilia??)

Bueno, y hasta aquí nuestra pequeña entrevista al protagonista del día de ayer!!! Y como última guinda al pastel, os contaré que se perdió la oportunidad de ir a ver un partido de la copa américa en directo por pasar el día con las pequeñas terremoto.

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¿Quieres más paciencia? ¿te apuntas al reto?

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La paciencia…es la madre de la ciencia. Esta es una frase que me gusta mucho. Realmente creo que con paciencia, con calma, pensando las cosas, todo se ve diferente. “poc a poc i amb bona lletra

Qué fácil sería si pudieras recargar la paciencia como las pilas, si existieran tiendas que vendieran paciencia para ir a comprar cuando vemos que se agota, ojalá pudiéramos repostar paciencia como quien reposta por gasolina.

Porque hay días en los que uno corre de un lado para otro, y cuando llega a casa ya no puede más. Estás cansado, y se te olvida que tus hijos también lo están. Y entonces entre unos y otros, la montaña crece y la paciencia desaparece.

O quizás necesitas terminar algo que requiere tu concentración (hay días que no soy capaz de sumar 7+8) y tienes a un pequeño tirándote del pantalón “mami mami mami mami”. Y te concentras más, y él sube el volumen para llamar tu atención.

A lo mejor acabas de terminar de limpiar el salón y tu hija tira un vaso entero de zumo (a poder ser de un sabor radioactivo de esos que tiene demasiado colorante y se queda todo pegajoso)

O estás intentando mantener la calma y bañar a dos terremotos y pisas una pieza de lego (lease pieza de lego, o zapatito de tacón de barbie, o esas mil piezas traidoras de múltiples juguetes que seguro campan a sus anchas por tu salón)

Estas y tantas otras situaciones ponen a prueba nuestra paciencia. Eso siento yo. Hace algo más de un año yo me sentía un ogro demasiado a menudo. Y decidí que iba a desterrar los gritos de mi casa. Unos meses después, cuando los gritos estaban desterrados, me di cuenta que aun gruñía y resoplaba: y me propuse un objetivo: siempre siempre siempre, mostrar respeto; nada de gritos, ni resoplidos, ni gruñidos. Calma y respeto.

Una de las cosas que me ayudó es esconderme el teléfono mientras estoy con mis hijas por las tardes. Así no tengo distracciones y no siento que me interrumpen. Pero aunque una se proponga hacerlo bien, y lo haga durante mucho tiempo. Hay días y días. Y a veces, una falla y siente que no sabe hacerlo bien. En mi caso, pasado un año de desterrar al ogro, sé que mi punto débil es la falta de sueño. La falta de sueño debilita mi paciencia, los desvelos nocturnos me hacen caminar la cuerda floja.

Por eso, cuando supe que Edúkame proponía 7 días de paciencia infinita en su Reto de la Paciencia, no dudé en apuntarme. A partir del 1 de Julio, y durante 7 días, desde Edúkame nos darán 1 truco para mejorar la paciencia que nos ocupará 5 minutos. ¿La verdad? Tengo ganas de empezar. Quiero conocer esos trucos, quiero superar el reto.

retopaciencia

Porque se empieza por 7 días, y después pasito a pasito se convierte en hábito. Así que estoy impaciente por conocer esos trucos.

Si quieres apuntarte, haz click aquí! Ya hay más de 6700 personas apuntadas!

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Mami quiere conciliar

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Desde hace ya unos cuantos días, está disponible la segunda edición de Mamiconcilia. Esta nueva edición, a la que encantada aporté mi granito de arena, cuenta historias de conciliación, o de no conciliación, de 27 mamás y un papá.

Diferentes cargos, edades, ciudades. algunas con familia numerosa, otras con un solo hijo. Pero lo que me queda claro es que la conciliación en España no es fácil, si es que existe. Y eso que yo desde Chile la veía allí más fácil que aquí. Ahora no lo tengo claro. Pero ¿qué es conciliar? ¿Conciliar es correr arriba y abajo todo el día?, o conciliar es poder dedicar tiempo a algo más aparte de trabajar ya sea ser madre (o padre) o a tus aficiones? Cada uno lo describiría de una manera. A veces logramos conciliar la vida familiar pero no logramos conciliar con nuestros hobbies personales, o conciliamos corriendo todo el día. O no conciliamos.

Una de las cosas que he aprendido a valorar leyendo esta edición, es que en Chile hay una norma que, almenos, protege algo a las madres. La empresa no puede despedirte hasta que tu hijo/a cumple los 15 meses. Eso no quiere decir que te pongan las cosas fáciles, porque los comentarios, las malas caras, el ignorarte a ver si te vas o cambios de puesto y cargo pueden existir, pero almenos no te encuentras con una carta de despido de vuelta de tu baja de maternidad, o en pleno embarazo. Historias como la que cuenta Lucía en esta edición me han dejado la piel de gallina de lo que son capaces de hacer las empresas.

No sé bien qué pasa por la mente de esos jefes, hombres y mujeres, de esas grandes empresas, o no tan grandes, cuando cierran la puerta a la posibilidad de permitir a un empleado conciliar. Siempre me pregunto ¿tendrán familia? ¿conciliarán ellos a costa de no dejar a los demás hacer lo mismo? ¿les habrán entrenado para borrar la conciliación del diccionario? ¿o resulta que todos ellos coinciden en pensar que conciliación y éxito laboral son incompatibles? Porque está claro que, lamentablemente, hoy ser madre o padre y priorizar el estar presente en la crianza de tus hijos que todo lo demás, no está valorado. Y eso que es el trabajo más importante, estás criando a la próxima generación! Al futuro de todos! Y ellos te van a dar los mejores momentos. Porque el trabajo, aunque por como funcionamos hoy en día, no lo es todo. La idea no es vivir para trabajar. Y sino, preguntemos por ahí. Seguro que todos conocemos a alguien que dedicó muchos años y más horas de las que le correspondían a una empresa, que quizá de una día para otro prescindió de él o ella sin acordarse de todo lo demás. 

Hace unos cuantos años, cuando me cambié de trabajo aquí en Chile, soltera, lo segundo que me preguntaron en la entrevista fue cuando pensaba tener hijos (lo tercero fue cuántos pensaba tener). Mentí. Reconozco que me quedé en shock, me indigné y mentí. Dije que no tenía intención de ser madre en el corto plazo, y conté que soy hija única así que tener un solo hijo me parecía perfecto. Por dentro pensaba “espero poder formar familia en breve, y familia numerosa!” Y ojo, la persona que tenía delante era madre de 4 hijos.

Esa empresa, que me debería haber ahuyentado con esa entrevista, me demostró cómo se puede ser un número más que una persona a todo nivel. Aun no puedo creerlo cuando recuerdo la cantidad de madres de familia que trabajaban ahí, y que eran las que más difícil tenían las cosas para conciliar.

Después de pasar el segundo año de mi hija mayor con la sensación de que muchos días apenas le decía buenos días y buenas noches, y sintiendo que se repetía lo que yo viví de pequeña, busqué y rebusqué hasta que dí con un trabajo media jornada. Flexible de verdad. Para poder dedicarle un tiempo a lo que más me importa, mis hijas.  Y parece que no soy la única. Muchos de los relatos de esta edición mencionan cómo les cambió la vida y las prioridades el ser madre, y el querer estar presente y no perderse los primeros años. Pero no es fácil, y debería serlo. Como cuenta Belen Llorente “Demasiadas exigencias e impedimentos y yo no estaba dispuesta a perderme los primeros años de mis niños. No me parecía justo tener que “pelear” por ser madre”

Hay veces que estamos tan metidos en este ritmo loco que vivimos hoy en día, y estamos “tan contentas” con la posibilidad de las mujeres de ser directivas en grandes empresas que es muy difícil bajarse del tren o ver las renuncias que hacemos. Quizá sea porque parece que sino no lo damos todo. A pesar de perderse muchas cosas. Pero a veces aunque no te bajes, te bajan, y entonces tomas otro camino, como cuenta Johanna Saldón: “En mi caso no había posibilidad de “conciliar”. Yo no pude elegir horarios ni jornadas. “O estás o no estás” me dijeron. Elegí ser feliz. Elegí ser madre. Y es la mejor decisión que he tomado en mi vida”

Y eso que la conciliación no es solo un derecho de madres y padres “Las reivindicaciones de la conciliación no parten de una queja, sino de un reivindicación justa para todos: hombres o mujeres, solteros o casados. Todos merecemos poder trabajar para vivir y hacerlo con calidad” (Eva Gascón) Todos deberíamos poder conciliar, todos deberíamos disfrutar de una buena conciliación de la vida laboral y personal.

En esta edición de mamiconcilia hay testimonios de mamás que lograron conciliar y seguir progresando en su profesión, mamás que decidieron emprender, mamás que decidieron dedicarse a tiempo completo a una tarea tanto o más importante que el resto: criar de sus hijos, y mamás de familia numerosa que logran equilibrarlo todo.

Hay tantas cosas que podrían hacerse en pro de una mejor conciliación: bajas maternales más largas, guarderías en la misma empresa (una amiga en París me contaba que su empresa tenía guardería gratuita para sus trabajadores; en el mismo edificio, lo que facilitaba la lactancia, ver a los bebés). “Pienso que con los bebés más pequeños hay muchas tareas laborales que se podrían hacer con ellos y ellas y así se podría conciliar vida familiar y laboral de una manera mucho más saludable para todos” (soraya sanchezEstoy muy de acuerdo, creo que habría que eliminar este tabú que no pueden mezclarse trabajo e hijos. Recuerdo en papiconcilia como David Blay, Pau Waelder, Pablo Macías nos contaban como niños y reuniones no eran incompatibles.

Pero también creo que la conciliación empieza por uno mismo, por saber frenar, es saber que a veces no se llega a todo y está bien, si llegas a lo que tú quieres llegar. Estoy de acuerdo con Billie Sastre: “Ser madre no es ser perfecta, es simplemente estar presente en corazón, mente y espíritu cuando nuestros pequeños más nos necesitan”

La conciliación es difícil, o como menciona MaríaLo que existen son las renuncias y el reto es conseguir que esas renuncias sean pequeñitas,y es que es verdad. Renuncias a una carrera, o a ver crecer a tus hijos, a tu tiempo de pareja, o a las funciones de fin de curso, a tus aficiones, a las siestas, a esos viajes…cada uno renuncia a algo. Está claro que queda mucho trabajo por delante para que la palabra conciliación no sea más que una utopía o una definición en el diccionario

Si quieres conocer los testimonios completos de todas las participantes en esta segunda edición, ve directo a descargarte la segunda edición de mamiconcilia para “inspirarte” con estas historias. Es gratis, y si nos ayudas a difundirlo para recopilar más testimonios y conseguir en un futuro un mundo más conciliador, aun mejor! Gracias!!

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¡Difícil reto de la paciencia!

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La paciencia es difícil de mantener, fácil de perder, y muy complicada de acumular. Hace unos días en este post os contaba que Edukame lanzó el #retodelapaciencia para ayudar a padres y madres de todo el mundo con 7 trucos para ganar paciencia.

Yo, desde que me escuché a mi misma verme desbordada por mi yo antipaciencia me propuse cambiar, y hace ya casi un año me propuse un objetivo para eliminar los gritos, para dejar de enfadarme, para relajarme y disfrutar del todo con esta locura de la bimaternidad, sin ogros, sin enfados, sin prisas. Tuve mis recaídas, pero ahora…me parece que hace un siglo de esa época. Mi hija menor me atrevo a decir que no la recuerda (almenos conscientemente) y la mayor me dibuja con sonrisas en vez de cara de enfado. Es, para mi, otro mundo. En mi casa no se grita, uno se puede poner serios en algunos momentos, pero ni nos enfadamos. De verdad…se siente diferente.

Así que pensaba que después de todo este cambio y toda esta práctica, el reto que presentaba Edukame…tenía que resultarme fácil! Me interesaba aprender nuevos tips, pero iba a ser fácil cumplirlo ¿no? Pues no. Una que todavía no aprende. Os resumo un poco el reto (y al final va un pequeño sorteo)

El primer día, sin saberlo, había cumplido el reto antes incluso de abrir el mail. El reto decía:

Escoge un momento del día para hacer las cosas a la misma velocidad (o lentitud, según quieras verlo) que las hace tu hijo.

Esa mañana, camino al colegio, y aunque no sobraba el tiempo, había decidido caminar al ritmo de la más pequeña de las terremoto. Sin prisas, sin hacerla caminar deprisa, sin que sintiera que llegábamos tarde. Recuerdo haber mirado alrededor y haber sentido como casi todos caminaban deprisa a nuestro alrededor, casi sin entender porqué llevábamos ese paso tranquilo. Pero ella estaba encantada. Pisaba el barro para ver cómo se hundía su zapato, caminaba sin pisar las lineas de la acera, hacía crujir las hojas. ¡Estaba disfrutando el camino! Y el camino se disfruta, si no vas demasiado deprisa.

Vale. Día 1 logrado. Vamos bien.

02

En el día 2 nos proponían ideas para liberar el malhumor. Buenas ideas. Una de ellas la uso para “romper” entre el trabajo “de oficina” y el que me espera en casa. Intento volver siempre hacia casa escuchando música, música que me haga cantar y concentrarme en lo que escucho. Así intento dejar, de forma efectiva, el trabajo en la oficina.

Cuando leí el propósito del día 3 asumí que era el primer reto que me iba a costar. Teníamos que liberar 1 tarea que tenía programada. Pero ese día tenía la agenda llena llena!!! El ejemplo me salvó en esta ocasión: saltarse el baño (de las niñas) Listo! Esa estaba fácil! Lo hacemos más de una vez durante el invierno. Ese día, nos dedicamos a jugar a futbol con una pelota de playa por casa (así la probabilidad de romper algo disminuye)

el reto del día 4 fue mi favorito. hacer reír a una persona! Los ataques de cosquillas es algo que nos encanta como manera de romper un momento tenso, cuando las niñas están enfadadas o andan de mal humor. Es una gran manera de liberar estrés y malhumor. Lo que yo no sabía era que “la media de risas de una persona normal son, al día, 15″ Creo que voy a tener que trabajar  en esto de reírme más!

Dia 5: un toque de atención que a mi siempre se me olvida y desgasta mucho. Las órdenes que damos (y probablemente a veces ni las sintamos como órdenes: por ejemplo “Ponte la chaqueta”, “no te entretengas”, “ve a dormir”, etc. ) Nos proponían reformular las preguntas promoviendo la colaboración de nuestros hijos: por ejemplo: “¿te pones la chaqueta tu sola o yo te ayudo?” Ahí me di cuenta que yo uso este tipo de preguntas (junto con las órdenes también eh…) pero será que algo voy aprendiendo.

El día 6 se puso complicado…pedir un favor. La verdad, no me gusta pedir favores y aunque en casa nos ayudamos entre todos y la abuela de las criaturas nos ayuda aun más, no me nace pedir favores (aunque si cedo tareas jiji) pero si el padre de las criaturas me ayuda con el baño, no me siento a ver la tele o a leer, me pongo a hacer otra cosa! Así que punto a mejorar, porque este me cuesta un montón!!!

El dia 7 lo encontré un cierre genial. Vivir sin quejas!!! Porque al final, si estamos todo el día quejándonos de lo que nos molesta, el buen humor se nos escapa!! Personalmente, pasé muchos años repitiendo en voz alta lo que no me gusta de vivir en Santiago…y terminaba agotada de oirme y asqueada de vivir aquí. Ahora intento repetirme las cosas buenas que tiene vivir aquí.
El reto, además, contaba con “bonus” una vez habías realizado cada uno de los retos: videos, artículos, más consejos, para ampliar la paciencia. Me gustó mucho uno de ellos, para buscar alternativas al “no”, porque decir no todo el día nos desgasta a todos, y nos daban buenas alternativas.
Y, si algún reto te resultaba más difícil o perdías la paciencia algún día, tenías un salvavidas con consejos para recuperar la paciencia:

Cuando las vacaciones no son vacaciones

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Me está costando mucho la vuelta de vacaciones….qué difícil volver al invierno y pillar el ritmo otra vez. Me noto leeeenta, pero poco a poco vamos retomando. Y cada vez que vuelvo de vacaciones, y paso agotada varios días, pienso que mis vacaciones no son vacaciones.

Hace unos años, si me mencionaban la palabra vacaciones, todo lo que me venía a la cabeza era una tumbona, arena y mar.

hamaca

Pero ni siquiera pensaba en una escena caribeña como ésta eh? solo estirarme a leer o a no hacer nada, al sol y cerca del agua (la piscina también servía)

Desde que me fui a vivir fuera, la palabra vacaciones pasó a generarme otras imágenes mentales: tapas, cervezas, terracitas, amigas, y en mi cabeza siempre veía esa imagen de Barcelona desde el aire donde el Eixample ofrece esa visión tan característica de la ciudad.

bcn desde el aire

Y desde ese momento también, irme de vacaciones resultaba aun más necesario, como si fuera necesario para respirar. Peeeeeeeero, vivir a 13.000km y visitar tu tierra solamente una vez al año significa ver en 20 días a todos el mundo. Tus vacaciones se convierten en un encaje de bolillos, en un tetris para desayunar, comer, merendar o cenar con tíos, primos, amigos, …y ¿cuando descansas? en el avión de vuelta, y así aprovechas y te duermes el viaje entero.

Desde que vivo fuera no cambiaría mi destino de vacaciones. Si Chile tuviera más de 15 días al año de vacaciones quizás podría dedicar algunos días a viajar por aquí. Pero al tener tan poquitos días, yo necesito esos viajes a casa, y me encanta ver a todo el mundo. Pero a veces es difícilísimo construir una agenda que se adapte a los días que tienes y a las agendas de aquellos con quienes quieres quedar, que también tienen su vida, su rutina y sus compromisos…y sus propias agendas! Los primeros años pasaba el día de quedada en quedada, comía demasiado y me daba cuenta que repetía muchas veces lo mismo o respondía las mismas preguntas. Y no me daba tiempo de disfrutar..era ponerse al día 30 veces en un “sprint”.

Después llegaron las niñas. Con hijos, las vacaciones tampoco son vacaciones. No hay descanso, no hay pausa. al contrario, los niños no desgastan energías en colegios o guarderías o actividades extraescolares sino que las quieren gastar contigo!!! Desaparecen las levantadas tarde, las siestas, las sobremesas de todo el día, y las copas hasta altas horas de la noche. Almenos mientras son bebés. Pero aparecen las mil y una bolsas que acarrear, unas personitas que necesitan comer y no pasan “con cualquier cosa” como nosotros (con lo cómoda que era la lactancia!!!), pequeñas terremoto que necesitan correr mucho o dormir una siesta inesperada…

siesta

Si sumas ambas cosas, con dos pequeñas terremoto y visitando a la familia, las vacaciones eran un viaje fugaz del que te enterabas de poco a pesar que veías a todos y que esos momentos en que querrías terracita para descansar empujabas columpios. Hasta el año pasado. Desde el año pasado nuestro planteamiento vacacional empezó a cambiar, y este año ya ha sido completamente distinto.

Hacemos una lista de la gente a la que queremos ver si o si e intentamos programarlo con tiempo. Nada de ratos cortos y 5 quedadas en una mañana. Cada día tiene una mitad de “ocio paterno” y otra de “ocio infantil”. Así, si la mañana la pasamos en el zoo, por la tarde seguramente iremos a visitar a la familia o a algunos amigos. Esto hace que pasemos un rato en familia de 4 cada día, y otro rato visitando a toda la gente que tantas ganas tengo de ver durante el resto del año. Y si podemos comer con amigos que tienen niños en lugares donde los niños puedan jugar a sus anchas…aun mejor! Así podemos hasta hablar tranquilamente y ponernos al día, y los pequeños no se aburren.

zoo

Y los encargos y las compras intentamos hacerlos solos. Este año por ejemplo he utilizado las mañanas mientras las terremoto desayunaban tranquilamente para ir a hacer los encargos. O sino, el padre de las criaturas se escapaba mientras nosotras nos remojábamos en la platja de l’eixample (el mejor descubrimiento del viaje)

Las vacaciones siguen sin ser lo que antes consideraba vacaciones. De hecho, yo las renombraría porque en el fondo de mi mente vacaciones siempre será una tumbona y tomar el sol. Para los padres con hijos pequeños llamaría a las vacaciones “tiempo de intenso disfrute en familia” porque descansar se descansa poco, pero son unos días en los que disfrutas tanto y tan intensamente de tus hijos que son de lo mejorcito del año.

Eso sí, nosotros a la vuelta siempre necesitamos un día de no hacer nada antes de volver al trabajo. Yo este año, sin planificarlo, me dormí una siesta de algo más de 12 horas…no recuerdo haber dormido tanto desde…antes de ser madre, eso seguro.

Las vacaciones que no son vacaciones, pero son días en que disfrutamos 24×7 de las pequeñas terremoto, días que nos damos cuenta de cómo han cambiado de un año a otro, días que acabamos extenuados y felices a partes iguales. Días llenos de fotos para el álbum, de anécdotas para recordar, de nuevas palabras, de nuevos hábitos, de nuevas costumbres familiares. Días que, sobretodo el padre de las criaturas que trabaja esos horarios tan conciliadores de la era moderna, puede hacer cosas con ellas que en el día a día no tiene tiempo de hacer. Nos despertamos temprano pero nos levantamos sin prisas, salimos a cenar a las 22, comemos cuando nos da hambre, compramos helados a deshoras, vemos la tele de madrugada, y juegos y más juegos, y besos y más besos. Salidas nocturnas. Y tiempo, mucho tiempo en familia.

font

 

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De reencuentros, viajes y demás

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Mi pequeña gran terremoto:

Tu yo nos parecemos. Mucho. Hace un tiempo te contaba que eras mi pequeño espejo. Tenemos rasgos parecidos en la personalidad y,  según a la parte de la familia a quien preguntes, hasta físicamente nos parecemos también.

Estas vacaciones me he dado cuenta que tenemos algo más en común. Desde que naciste seguro has escuchado o percibido de mi añoranza por la ciudad donde nací y crecí, y a la que siempre voy a llamar casa. Desde que naciste te la he presentado año tras año, y conforme has ido creciendo te he ido enseñando sus tradiciones, sus costumbres, para compartirlas contigo. Incluso intento hablarte siempre en catalán, para que sea una lengua que entiendas, conozcas y en la que puedas hablar. Y aunque al hacerlo a veces me siento una isla y cedo a ratos, tu eres la primera que me anima a hablarte a todas horas. Eres tu que, si estamos solas, siempre me hablas en catalán. Eres tu quien me pregunta como se dicen la cosas en catalán y me cambias el idioma si vuelvo al castellano.

Y además, resulta que creces y tu gusto por mi querida Barcelona crece contigo. Y para ti los viajes de cada año son tan importantes como para mi. Cuando este año pensábamos que nos quedábamos sin visita, me dolía por mi pero me sabía mal por ti, porque sé que disfrutas del viaje, que atesoras recuerdos de cada año. En algún momento me plantee irme yo sola de vacaciones, pero quería llevarte conmigo. Al final hemos podido irnos todos y este año me has dado la razón.

Tu absorbes estímulos desde que pones un pie en el aeropuerto de El Prat. Tu disfrutas como nadie de cada una de las cosas que hacemos. Llegamos, compramos una T-10 y lo primero que haces es sentarte, preguntarme a qué corresponde cada logo…y pedirme que nos subamos en todos esos transportes públicos. “¡Quiero ir en todos mami!!”

Has pasado tres semanas caminando más de dos horas diarias, pero si a última hora de la tarde yo me iba a buscar un encargo a la otra punta de la ciudad, no te lo querías perder. Hemos ido juntas a hacer encargos aunque estuviéramos agotadas, como si compartieras conmigo esa sensación de aprovechar cada segundo en la ciudad.

Has mirado todo paisaje con nuevos ojos. Has redescubierto la Sagrada Familia, el Zoo, la torre Agbar, el Arco de triunfo, la playa y sus olas. Como si no lo hubieras visto nunca aunque te acordabas perfecto del año anterior. Has mirado, cotilleado, y saltado en todos los escaparates que has podido, ya fueran tiendas de juguetes, papelerías o tiendas de ropa. Cambiaste el parque por ir de compras a elegir tus propias sandalias.. Y la primera vez que fuimos a la platgeta de l’eixample te pareció que era magia que hubiera una playa escondida en la ciudad. No entendías nada. ¿Cómo podía haber una playa detrás de un edificio en medio de la ciudad? Estabas tan intrigada mientras recorríamos el túnel de entrada…

platgeta

 

Has jugado con tu querida amiga a la que ves apenas una vez al año como si os vierais todos los días, has disfrutado jugando con todos los pequeños con los que hemos compartido, recuerdas todos los nombres de mis amigos como si fueran también tuyos; te ha encantado comer fuera, o comprarte un Calippo en cualquier esquina…

amigues

hemos jugado a caminar sin pisar la linea, a adivinar si la siguiente calle tendría flores, círculos o cuadrados pintados en el suelo, hemos hecho guerra de globos de agua en cualquier parte, hemos merendado dos veces solo por el gusto de entrar en una panadería.

globos

El año pasado me rompías el corazón cuando, camino al aeropuerto, lloraste todo el camino porque no querías marcharte. Este año, en la platgeta de l’eixample, un día me dijiste “mami, Barcelona mola el doble de molt” y creo que no me había alegrado nunca tanto de pasearte por Barcelona cada año. Pero me tenías guardada una frase que me dijiste pocos días antes de volver: “mami, a veces me gustaría vivir aquí”. Te dolió marcharte, pero cada año comprendes mejor que son vacaciones y que el año que viene, repetiremos. Y lo planificarás y disfrutarás conmigo disfrutando del proceso tanto o más que yo. Tu disfrute me hace disfrutarlo todo doblemente.

Pediste dos regalos: una gorra y una bandera del Barca. Te encanto ver la presentación del equipo y un partido entero y, a pesar de la odisea y las 2 horas y media que tardaste en llegar a casa, lo cuentas como si de la mejor aventura se tratase. Está claro que tenemos una culé en potencia!

Y por fin le has perdido miedo al mar y sus olas. Ya diferencias entre el Pacífico nada pacífico y la calma del Mediterráneo. Y cómo has disfrutado de la playa este verano!

playa

Volvemos a casa y no dejas de mencionarme “pero en Barcelona no es así verdad?” “Mama, a Barcelona com es deia això?” Explicas a todos lo que hicimos con una una emoción en la voz que me maravilla, compartes las galletas que nos trajimos como si fueran pequeños tesoros “son galletas de Barcelona eh?”

Gracias pequeña terremoto por disfrutar tanto del viaje, de la ciudad, de todo lo que hacemos, gracias porque aunque adoras conocer lugares nuevos no te importa repetir vacaciones porque lo redescubres todo, gracias por disfrutar conmigo, por enseñarnos a disfrutar de pasear, de subir al bus, de tomar el metro. Gracias por enseñarnos cómo se disfrutan de verdad unas vacaciones. Gracias disfrutar absolutamente de todo de una forma tan intensa. Gracias por compartir conmigo el cariño por la mejor ciudad del mundo.

 

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Viviendo en el país del terremoto

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Cuando me vine a vivir a Chile, sabía que una de las características que tenía este país del sur del mundo, eran los temblores. Porque sí, aquí un movimiento de hasta 6 grados en la escala Richter, es un temblorcillo. Es un país acostumbrado a los temblores, lo que no quiere decir que a nadie le den miedo, pero que almenos en las ciudades grandes tiene construcciones preparadas para estos movimientos.

Los edificios, almenos en Santiago, son bastante más altos de lo que estamos acostumbrados en España. Edificios de oficinas o de viviendas de 20, 30 pisos, y recientemente construyeron uno de 62 pisos! Cuando llegué trabajaba en un piso 12, y en los primeros temblores no entendía que estaba pasando. Era como sentir el metro pasando por debajo…solo que estaba en un piso muy alto para eso. Había gente que se asustaba mucho y salían de la oficina. Había gente que ni se movía, solo anunciaba desde su puesto “está temblando” A mi la verdad no me asustaban, aunque la sensación hay que vivirla. Después fui aprendiendo que a lo que había que estar atento, era a un cambio en la intensidad del movimiento, “un sacudón” como le llaman aquí. Chile llevaba desde 1985 sin un terremoto fuerte, y llevaban ya años anunciando uno, pero la mayoría se habían olvidado del último o lo habían vivido siendo niños.

Entonces vino el 2010 y el nacimiento de mi hija mayor. Una en su primer parto tiene un cúmulo de sensaciones: dolor, impaciencia, nervios, emoción. Pero lo último que esperaba era que, 15 minutos después de llegar al hospital…hubiera un terremoto!!! Solo se me pasó una cosa por la cabeza:

“¿Por qué coj me habré venido a parir a la otra punta del mundo?”

Digamos que eran ganas de ponerle emoción al momento que debía tener mi pequeña, a la que en la sala de partos bautizaron como la terremotilla. Y que sigue siendo una terremoto en toda regla. Pero no entraremos en detalles de ese día, que ya os los conté aquí. El difícil inicio de lactancia y los primeros días con la pequeña, con alguna replica que hubo, la verdaaaaad, no eran la tranquilidad que yo necesitaba. ¡Pero esto es Chile! Para rematar, cuando estaba embarazada de la menor, hubo un temblor bastante fuerte (yo ya pensaba que tenía algo con los temblores y los embarazos, la verdad)

Desde ese día ha habido más temblores en Santiago, incluso un terremoto en el Norte. Y la verdad, me he informado mejor de las zonas de seguridad, de lo que hay que hacer si hay un terremoto. Cuando uno tiene hijos, tiene un sentido distinto del peligro. Desde entonces me gusta saber los protocolos de seguridad de las guarderías o colegios donde asistan las niñas, o que tengo que hacer según donde me encuentre si estoy con ellas. Ese año vi montones de imágenes de lo que un terremoto puede causar. Ese día entendí de lo que la naturaleza es capaz. Por suerte, desde el terremoto de 2010, y con el posterior Tsunami y todo el daño que causó, se señalizaron mucho mejor las zonas de seguridad y se crearon muchos protocolos nuevos de seguridad. Pero la verdad, la verdad, siguen sin asustarme. Eso sí, lo único que siempre espero es estar con las terremoto cuando haya un terremoto. Pasar un terremoto no me asusta, pero no saber donde están cuando suceda (siempre se cortan las comunicaciones almenos un rato) y no saber si están bien, eso sí me preocupa.

El pasado miércoles, ad portas de celebrar las Fiestas Patrias, a las 19.54hrs, hubo de nuevo otro terremoto, de 8.4, entre la zona central y la zona norte de Chile. Estábamos todos en casa, y al vivir en un piso alto, se movía como si estuviéramos en un barco con mala mar. Y pasó el terremoto y vino una réplica, y otra…un montón!! La pequeña terremoto mayor se asusto y la enana terremoto…se puso a cortar papel!! (doy gracias que no se cortó un dedo)

No voy a enseñar imágenes de cómo quedo la costa y el norte en este terremoto, ni en el anterior. De esas imágenes hay por montones en internet. Si uno las ve se da cuenta de la suerte que tiene de vivir en una zona segura dentro de un país, de la suerte que tiene de encontrarse en un lugar seguro cuando algo así sucede. Como las noticias sólo dan una parte de la noticia, a la mañana siguiente familia y amigos desde el otro lado del charco preguntaban si estábamos bien. En Santiago se sintió fuerte, pero la verdad, todo el mundo hacía vida normal al día siguiente, aunque fuera el tema central de conversación. Eso es algo que no deja de sorprenderme. Si no estás en el epicentro o cerca “aquí no ha pasado ná”

Lo que sí voy a contaros es qué hay que hacer en caso de terremoto, porque uno nunca sabe. Quizás vives en un lugar sin movimientos sísmicos, pero algún día te pilla en un viaje. No está de más saber que hacer, ¿no?

Primero os contaré que los terremotos pueden medirse en la escala de Richter, o en la de Mercalli. “La escala de Mercalli es una escala de 12 puntos, que se escribe en números  romanos, y que está desarrollada para evaluar la intensidad de los terremotos a través de los efectos y daños causados a distintas estructuras. Esta medición debe su nombre al físico italiano Giuseppe Mercalli. En tanto, la escala de Richter es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar el efecto de un terremoto, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles Richter.” (fuente cooperativa.cl) 

La más conocida es la de Richter, que es exponencial:

richter

Para explicarlo con un ejemplo, aunque influyen también la distancia al epicentro y la profundidad de éste. El último terremoto fue de 8.4 en la escala Richter. Fue con epicentro en el Norte y en Santiago se movió fuerte y hubo muchas réplicas (hace casi una semana y sigue habiendo nuevas réplicas fuertes). Pero nosotros vivimos en un piso muy alto y no se cayó nada. En 2010 el terremoto fue 8.8, con epicentro en el Sur (en un punto algo más alejado de Santiago) y nosotros vivíamos en un piso más bajo…pero se fue todo al suelo. Cuando pasa de 8 grados, cada punto es como 100 veces más fuerza…Esta imagen lo explica un poco:

terremotos

Entonces, ¿qué debemos hacer durante un terremoto

Situarse en el “triángulo de la vida”, ya sea dentro o fuera de casa.  Este diría que es el punto más importante a recordar, porque precauciones hay muchas pero si hay que recordar una, que sea esta, creo yo:

triangulo de la vida

Abajo recojo algunas recomendaciones obtenidas de diferentes páginas locales:

Durante un sismo

  • Mantén la calma y ubícate en un lugar de protección sísmica. No corras, no grites y no empujes a nadie. Muchas veces hay más accidentes durante la evacuación, que por efectos del sismo.
  • No usar ascensores, ni escaleras durante la duración del sismo.
  • Colócate bajo los escritorios, mesas fuertes o en los sitios marcados como seguros como son los marcos de puertas y junto a pilares de contención de edificios.
  • Aléjate de ventanas que puedan romperse con el movimiento.
  • Si es posible cierra las llaves de gas y desconecta aparatos eléctricos, pero no pierdas tiempo en esto.
  • Si estás en la calle, mantente en un espacio abierto, lejos de los edificios, postes y cables eléctricos.
  • Si estás en silla de ruedas, intenta moverte a un lugar de protección sísmica. Si no es posible, frénala y cubre tu cabeza y cuello con tus brazos.
  • Si estás en un evento de asistencia masiva, mantén la calma y quédate en tu lugar, protege tu cabeza y cuello con los brazos. Sigue las instrucciones de los encargados de seguridad.
  • Si vas conduciendo por la ciudad, disminuye la velocidad y con precaución detente en un lugar seguro.

Después de un sismo

  • Sal de los edificios y casas. Permanece un buen rato fuera de ellos.
  • Revisa los daños externos antes de entrar nuevamente y los internos antes de que tu familia entre. Si notas fisuras en las paredes, no entres, ya que si se produce una réplica del temblor o si el inmueble está muy dañado, puede colapsarse fácilmente.
  • Solicita ayuda en caso de ser necesaria, si huele a gas, hay incendio o quedaron atrapadas algunas personas.
  • No utilices elevadores y ten cuidado al pisar escaleras, si sientes que están flojas, mejor quédate donde estás.
  • Para iluminar usa sólo linternas, no utilices velas, fósforos o encendedores, evita provocar chispas que pueden generar una explosión en caso de fuga de gas.
  • No consumas alimentos que estén en contacto con polvo, vidrios, escombros u otro contaminante.
  • Si estás en la costa y el sismo te dificultó mantenerte en pie, evacúa inmediatamente hacia las Zonas de Seguridad para Tsunami establecidas en lugares altos.
  • Si quedas encerrado, mantén la calma, pide auxilio y espera la llegada de los rescatistas.
  • Enciende un radio de pilas, para mantenerte informado.
  • Prepárate para las réplicas. A veces éstas son menores pero con mayores consecuencias por los daños existentes y pueden presentarse hasta después de varios días.
  • Evita saturar las líneas telefónicas para que los servicios de emergencia puedan atender las llamadas de urgencia. Utiliza mensajes de texto para comunicarte con tu familia.

Por aquí seguimos con réplicas fuertes a diario, de día y de noche. Esperemos que vayan disminuyendo y no venga otro terremoto más fuerte! Ahora ya sabéis un poquito más sobre qué hacer en caso de terremoto. Feliz miércoles!

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¿Orden o Caos?

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Hace unos días os contaba cómo se siente uno viviendo en el país del “temblorcito”, y cómo nos hemos ido acostumbrando a esos movimientos de tierra que te sorprenden en cualquier momento del día. Pero olvidaba contaros que, por casa, parece que pase un terremoto todos los días. ¿Cómo es vivir con dos pequeñas terremoto y su caos particular?

Yo no soy la reina del orden, aun cuando mi signo del zodiaco diga que debería serlo. Siempre he apelado a “mi orden dentro del desorden” y recuerdo perfectamente cuando de pequeña me decían “lo que no está ordenado se va a la basura” para que recogiera y oye…recogía mi habitación que hasta encontraba juguetes perdidos!! Aun así no surtió efecto en mi, y crecí con un cierto desorden (sino que le pregunten al maletero de mi coche…) Con esta “herencia genética” vamos a estudiar el caso en casa:

¡Mi hija mayor es especialista en sacar cosas! Tiene mil ideas en la cabeza pero su necesidad de movimiento continuo no la deja estarse mucho rato con el mismo juego. Eso no impide que su idea de planazo sea:

  • alinear todas las sillas de la casa en el salón para hacer un cine; o hacer un picnic

picnic

  • sacar todas las pelotas de plástico que alguna vez llenaron una piscina de pelotas, y esparcirlas por toda la casa
  • traer todo lo del cuarto de juegos al salón. Todo. No se deja nada. Y no para jugar, sino por traerlo. “porque jugamos que nos vamos de viaje”

viajemos al rincon

  • destruir una construcción de lego y esparcir las piezas..

puede ser una de estas opciones, o alguna parecida…o todas juntas en una sola tarde!

Antes de enseñaros como queda mi casa, os contaré que, sin que el padre de las criaturas tuviera voz ni voto, hace tiempo decreté que el salón también podía ser invadido por juegos y juguetes de las niñas, para que en el hipotético caso que cada una se entretuviera sola, estuviéramos los 4 en el mismo espacio. El padre de las criaturas defendió el orden y limitó el desorden…hasta que la enana empezó a gatear. Ahí se rindió y el agotamiento por ir todo el día recogiendo pudo más y se recoge cuando hay toque de queda (es decir, cuando las niñas deciden dormirse) y nuestro salón está mucho mejor decorado que antes: libros infantiles en la biblioteca, pegatinas en los cristales, rincón artístico…“digno” de una revista de decoración.

Yo, la verdad es que disfruto de esta invasión del espacio. Prefiero tener todos mis libros apretados en un espacio reducido y tener una biblioteca infantil bien variada y que lo invada todo:

biblio

No me importa tener que ordenar el doble si es una sola vez al día, porque lo de agacharme 500 veces al día para ir recogiendo detrás de ellas aunque sea buen ejercicio no me va. Aunque reconozco que los días de la semana el padre de las criaturas se queda con esta tarea, y yo dedico algún que otro domingo a ordenar a fondo y devolver cada juguete a su lugar….Esos son los días que puedo hacer fotos como esta:

orden

y cómo os decía, me gusta este caos. Las niñas crean su propio mundo ya sea debajo de la mesa del comedor, como convirtiendo el sofá en tobogán (sí, a lo mejor tengo que poner algún limite…), inventan cines, viajes, casas, restaurantes, y un sinfín de cosas más. ¿Que si recogen? Terremoto mayor ahora ya sí, almenos la mayoría de las veces, y la pequeña te dice tranquilamente que la ayudes y se queda sentada mirando como lo haces. Pero que lo pasan bien, lo pasan bien. 

Eso sí, el mayor peligro es cuando invitan amigas a casa. Ese día, con la fantástica idea de lucirse con “lo que puedo llegar a hacer en mi salón” podemos ver escenas como esta:

desorden2

Estos días, la abuela de las criaturas suele huir de este paisaje, y el padre de las criaturas tiene ganas de sacarme de una patada de casa cuando llega de trabajar pero…yo soy feliz. Y ellas (y sus amigas) también. Reconozco que a veces admiro esas casas con muebles blancos en los que no hay ni una mancha, casas donde los salones podrían ser perfectamente de una familia de recién casados, casa que no tienen pegatinas por los cristales o las puertas, donde la presencia de los niños no se nota por todas partes. Pero la verdad, a mi me gusta así. Me gusta encontrarme sus cosas invadiendo cualquier rincón, como encontrarme un dibujo entre mi ropa, me gusta la nevera con una mezcla de imanes de viajes e infantiles, me gusta encontrar pegatinas bajo la mesa de la cocina pues sé que algo han inventado ahí, y aunque pisar un lego debe ser una de las peores torturas, me gusta pensar que si ese lego anda por ahí es porque construimos una torre bien alta.

¿soy la única? ¿consigues mantener el orden o también reina el caos en algunas zonas de tu casa? ¿es voluntario o te has rendido como el padre de las criaturas?

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NO MÁS PELEAS ¿por favor?

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Empecemos por el principio. Yo no tengo hermanos. Así que vivir la bimaternidad de dos pequeñas terremoto que se llevan poco tiempo de diferencia siento que es un doble reto para mi. ¿Cómo hacer que no se peleen? ¿cómo evitar los celos? ¿Cómo ir haciéndoles ver que no deben competir entre ellas sino ayudarse, ser un equipo, y cuidarse la una a la otra? Pues no lo sé, porque yo no en casa no tuve hermanos con quienes pelear, a quienes retar o proteger.

Y justo tendo en casa dos pequeñas terremoto que son como el agua y el aceite, diferentes como el blanco y el negro. Y se pelean todos los días…casi todo el día.

Una hace lo que cree mejor, sin tener una fórmula mágica, así que día tras día, pelea tras pelea, intento hablar con ellas: para hacer desaparecer el enfado, para que no se peleen por todo, para que empaticen la una con la otra, pero es que de verdad son tan diferentes….y se pelean todo el díaaaaaaaa. Voy a intentar resumir algunas de las situaciones que más se dan TODOS los días en casa.

  • Mamáaaaaaaa!!! La chiqui me ha pegadooooooooo “nooooooooooooooooooooooooooooooooooooo, yo no he pegadooooo; ella me ha empujado” “yo la he empujado porque me quería pegar” y yo que le explico a la una y la otra que no se pega ni empuja, que las cosas se hablan y se solucionan conversando. Me doy la vuelta y…
  • yo estaba jugando con esooooooo, sueltalooooooo, devuelvemeloooooooo y no necesito darme la vuelta para saber que la pequeña terremoto se ha puesto a jugar con algo, lo que ha inspirado a la mayor para querer jugar exactamente con lo mismo, a poder ser dándole instrucciones a su hermana de cómo hay que jugar. Si me giro, estarán estirándo el juguete…¿pedirlo? JA! utopia… Y le explico a una que si su hermana está jugando con ese juguete debe respetarla, dejarla jugar, preguntarle si pueden jugar juntas pero no obligarla a jugar de una cierta manera. Y a la enana, contarle que aunque le encante jugar sola, a ratos es divertido jugar en grupo, y si podría compartir el juego con su hermana que tantas ganas tiene de jugar con ella. 
  • Dos minutos después, están jugando a cosas diferentes, y no con el juguete en discordia, y entonces…“este es mi espacio no toques mis cosas que las desarmas” (un tortazo o empujón acompaña la frase)“no la estoy tocando solo estoy aqui estiradaaaa” ¿podrías estirarte un palmo más a la derecha? “no porque necesito estar en este sitio y estirarme asi, solo así”

Esto es solo un ejemplo, es la transcripción de 15 minutos de una tarde cualquiera y es absolutamente todo el día. De verdad…solo dejan de pelear cuando duermen. Si juego con una, la otra quiere jugar conmigo a otra cosa. No se puede jugar las tres, exige todo un proceso de negociación laaaaargo que termina casi con el tiempo de juego. Ninguna de las dos cede, y eso que no entro en reparto de chocolate o en quien pone el primer ingrediente cuando hacemos magdalenas…

¿que si juegan juntas? Sí, a veces, cuando los astros se alinean y encuentran un juego al que pueden jugar a la vez pero de forma diferente. O cuando la mayor inventa un plan para hacer un gran desorden, al que la enana se une…almenos al principio.

Pero es agotador. Intento e intento respirar cada vez que las escucho pelear, cada vez que una termina llorando. Me acerco 200 veces al día, hablando con tranquilidad, a lo que cada una corre para una punta para ver donde voy primero…aun así, voy primero con una y después con la otra, les pido que me cuenten que ha pasado, les doy mi opinión de cómo se puede resolver de manera distinta,…y consigo 5 minutos de pausa antes de la siguiente discusión.

5 minutos…no más que eso. Y eso que en casa los castigos brillan por su ausencia! Pero una terremoto es experta en querer jugar exactamente con lo que juega su hermana, y en jugar solo con las normas que ella dicta; y la otra terremoto…digamos que las cosas se hacen a su manera y necesita su espacio (y tiene la mano muy larga cuando alguien no le hace caso)

Y me canso, y por mucho que hace meses que los gritos han desaparecido de mi casa (casi un año ya!), me dan muchas ganas de enfadarme, de enfadarme mucho y de preguntarles qué tiene de malo llevarse bien!!! Ayer, después de 3 horas sin ni un minuto libre de discusiones, y a pocos minutos de salir a casa de unos amigos, mi tono de voz cambió (no me preguntéis como mantuve mi paciencia, pero no les grité) Pero si me puse seria y en vez de acercarme dije “basta por favor”. Les hablé a las dos tomando distancia, les dije que no entendía cual era la parte divertida de discutir todo el día, que no pensaba intervenir en más peleas, que hablaran, se escucharan, y resolvieran las cosas. Que me cansaba y me aburría de no poder jugar porque se peleaban todo el rato y que, si íbamos a ir a jugar a casa de unos amigos, necesitaba que me enseñaran que sabían respetarse. En resumen, les pedí 15 minutos de tranquilidad.

Sí, se que por ahí había una amenaza o un premio o como queráis verlo, pues no pensaba llevarlas a casa ajena con ese nivel de discusión continua que llevaban ese día, pero me guste o no, resultó. Jugaron, se pelearon pero se disculparon la una a la otra, negociaron, y siguieron jugando. Tanto, que se nos pasó la hora de irnos.

No sé cual es la forma correcta, solo me siento como si caminara sobre una capa de hielo, un camino frágil, y con muchas caídas. No quiero que pasen la una de la otra, no quiero que se peleen. No pido que se lleven a la perfección porque son muy diferentes, pero algooooo…..y me canso de parecer árbitro todo el día. Y eso que se veía un camino fácil cuando empezaban a interactuar. ¿Porque no pueden potenciar sus diferencias para inventar mil y un juegos? ¿por qué todo es competir? o si profundizo más ¿por qué no se llevan bien? ¿es algo que estamos haciendo mal nosotros o son simplemente sus diferencias de personalidad?¿será solamente una etapa?¿crecerán peleándose continuamente?

¿te ha pasado? me encantaría conocer otras experiencias, trucos, ideas, sugerencias,…cualquier ayuda sobre cómo lograr que, almenos, empaticen y se respeten, es muy muy muy bienvenida! Sino, voy a necesitar de clases intensivas de yoga todas las mañanas para no desesperarme…

me voy…que hay guerra otra vez…

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De dibujos animados, colecho y opiniones dispares

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Vamos a empezar contando algo que he contado muchas veces por aquí: en mi cama somos 4. Y tan contentos y convencidos con nuestra particular opción familiar, aunque nos costó al principio hacernos a la idea que era y es algo “tabú”. Porque al final el colecho es una opción familiar, puedes estar a favor o en contra, puede convenirte o no.

Podría enumerar montones de beneficios del colecho, pero al final es una elección de cada familia si lo practica o no. Como el porteo, la lactancia materna extendida, y tantas otras cosas. Lo que me impacta es que parece que no somos libres de decidir lo que creemos es mejor. Socialmente, hay presiones.

Si hablamos de porteo, por suerte cada vez se conocen más los beneficios y se extiende su uso. Pero todavía no nos libramos de las archiconocidas frases “déjalo en el cochecito que sino se acostumbra” “si se duerme siempre en brazos después no sabrá dormir de otra manera” “¿no está un poco grande para ir en mochila/en brazos?” El cochecito es súper útil en muchas ocasiones…pero como en brazos, en ninguna parte!

Si hablamos de lactancia, no necesito decir que la lactancia materna es tan esencial que no debería haber detractores. Si no se puede por el motivo que sea, a un bebe alimentado con biberón no le va a pasar nada malo, por supuesto!. Pero que la lactancia materna (a demanda) es lo mejor para el lactante esta claro ¿o no? Pero entonces me paro a pensar… en todas esas consultas que antes de los 6 meses ya te recomiendan que empieces con la comida, en todos esos pediatras que te imponen horarios que no ayudan en nada a la lactancia, y en todos esos profesionales de la medicina que: si el bebé llora mucho, tiene cólicos, no sube de peso “como la media dice” que debe subir, o cualquier otra cosa…le echará la culpa a la lactancia y te prescribirá leche de fórmula. Pero es que  vayamos más allá y pensemos una cosa…¿en cuántas películas aparece un bebé lactando?

Con el colecho…tampoco es nada fácil hacer frente a comentarios de conocidos (¿cuántas familias habrá que no reconozcan en voz alta que colechan preocupados por el “qué dirán?”), pediatras (sí, los pediatras también te dicen cuánto tu bebé tiene que pasar a su propio cuarto…aunque no sé que relación tiene con la medicina), y si cosechas con niños creciditos hasta los profesores del colegio pueden meterse en el tema (aunque nadie les pregunte ni afecte al rendimiento escolar!)

Pero no es solo presión de pediatras, familiares o amigos lo que recibimos. Los pequeños también reciben mensajes indirectos…de sus dibujos animados favoritos!

Estaba yo sentada con la pequeña terremoto viendo Peppa y me dice “mira, Pedro Pony duerme solo en su habitación. tiene una cama muy pequeña y su mamá no cabe con él” A lo que yo, pensando que podría ser una indirecta, le pregunto “tu también quieres una cama para ti sola?” “no mamá, yo duermo contigo. Pero pobre Pedro él duerme solito”

Puede ser tu opción familiar, podemos estar muy cómodos con nuestra elección…pero ni la tele, ni los juguetes, ni los profesores, ni muchos otros, dejan que los niños se sientan cómodos con esta opción, como si fuera algo malo. Y no señores, no lo es. No le hace daño a ningún niño compartir habitación con sus padres. Ni a los 3 meses, ni a los 3 años. Si quieres colechar, no hay nada malo ¿por qué parece que haya que decirlo bajito, que haya que excusarse o dar explicaciones?

Ya contaba hace unos meses que la terremoto mayor un buen día decidió que quería irse a dormir a su cuarto. Lo cual nos pareció bien. Pero nos hubiera parecido mejor si hubiera sido una decisión suya, no presionada por comentarios que le hacían otros adultos de fuera de la familia. Al final, el resultado fueron semanas de mal dormir porque se volvía a despertar muchas veces por la noche, de dormir los 4 en una cama (ella tiene su colchón en el suelo junto a nuestro) y terminamos…como estábamos antes. Ella no dormía a gusto, no era ella la que había decidido cambiarse de cuarto. Alguien le había dicho que era muy mayor para dormir con nosotros. 

Creo que en la crianza algo está cambiando, estamos volviendo a una crianza más de piel, más cercana y más natural. Pero hay mucho que hacer. Muchos tabúes por romper, mucha vergüenza que perder, muchos prejuicios que borrar, y muchas películas por rodar donde las nuevas opciones de crianza se vean reflejadas. Muchos muñecos que fabricar que lo contemplen (Ya he visto cunas de colecho para muñecas, y portabebés para muñecas) Mucha información, quizá no solo de los canales tradicionales. Tenemos que dejar de escondernos y poder defender orgullosos las opciones que escojamos. Pero ¡ojo!, sin juzgar a la del vecino, que igual quiere o necesita algo completamente opuesto a lo nuestro, y no por ello está mal. Información y elección, que somos todos distintos y en cuanto a gustos “no hay nada escrito”. Pero que sea por eso, por nuestra elección no por el qué dirán. Creo que vamos por buen camino, pero también que falta mucho por recorrer…

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De Parejas, Matrimonios e Hijos

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Cuantas frases hay que empiezan “sabes que eres padre cuando…” Yo quiero añadir una, que almenos en casa se cumple:

“sabes que eres padre (o madre) cuando en tu aniversario de boda estás en un cumpleaños infantil, en un parque, o recogiendo juguetes, en vez de en una escapada romántica”

Antes que digas nada. Que sí. que ya lo sé. Que hay montones de parejas en el mundo que encuentran su espacio para seguir siendo pareja aunque tengan hijos. Y salen solos todas las semanas, y hacen escapadas románticas desde casi el primer día. Yo los envidio. Bueno no, mejor dicho los admiro, pero a mi no me nace. Con la primera lo intenté, reservé ese espacio, a veces, ocasionalmente. Había salidas, había cenas…pero yo tenía la sensación que faltaba algo.

Quizá como antecedente deba mencionar que me casé embarazada por el civil, y con un bebé en brazos por la iglesia. Y que la fecha de ambas bodas fue “programada” con la fechas esperadas de la llegada de nuestra primera hija (las fechas de las bodas las fijamos antes, pero el universo se alió con nosotros y acertamos también con el bebé)

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Con la segunda, como con todos los demás aspectos de la crianza, me dejé llevar por lo que de verdad quería hacer. Por lo que de verdad me nacía natural. Las salidas son familiares, las cenas también. A veces se me olvida que está por llegar mi aniversario de boda (esto de casarse dos veces te da doble oportunidad para acordarte) y nunca hemos celebrado ese día con regalos así que no tengo que acordarme antes. Pero ese día siempre me acuerdo. Entonces por un momento pienso en esos viajes que nos pegábamos, en esas escapadas románticas a hoteles con vistas al mar. En seguida me están interrumpiendo con alguna petición o grito o pelea o pidiendo brazos. Abro los ojos y sonrío. Prefiero celebrar en familia. Almenos en este momento

Porque celebrar un aniversario de bodas es también celebrar el inicio de esta familia. El último lo celebramos poniendo el vídeo de la boda para que las terremoto lo vieran. Lo reconozco. Soy así de blanda quizás, soy así de entregada, o quizás descuidada en lo que al “espacio pareja” se refiere. Pero me gusta celebrar los aniversarios en familia (No sé si el padre de las criaturas opina lo mismo, pero pobre me tiene que aguantar como soy) Y no estoy diciendo que nace un hijo y la pareja se olvida y se guarda bajo llave. Pero creo que hay tiempo para todo, y el tiempo es escaso. Tiempo habrá para escapadas de a dos. Así lo veo yo, ahora quiero disfrutar de esta etapa llena de locura, agotamiento y no parar…con ellas. El sábado era nuestro 6ª aniversario de la primera boda y lo celebramos comiendo juntos los 4, mientras veíamos el derbi jaja…así somos. De hecho, nos hacen falta más escapadas en familia! Cada año en vacaciones decimos lo mismo… Y si un día todo cuadra y surge y salimos a cenar…fantástico! Pero no es obligado, no es planificado, no por ser nuestro aniversario necesitamos salir a cenar. Con decir que el año pasado por estas fechas dijimos “ahora sí salgamos a celebrar con una cena”….y creo que salimos tres meses después…lo digo todo.

Quizás si me lees piensas…¿y el tiempo para la pareja cuando?¿y el romance? ¿y la chispa? Es un poco como el mito que el colecho termina con la relación de pareja. Es un poco de asumir el nuevo rol que tenemos. Llega un bebé y te puedes proponer tener noches de sábado como las de antes. Pero o te quedas dormida tu dando teta o se queda dormido él esperándote. O el agotamiento es tal que basta con quedarse mirando una peli que a uno no le da la energía para más. O justo el sábado el bebé tiene una noche de llantos y despertares de las que no se olvidan. Creo que haya que desmitificar esa falta de…intimidad por decirlo así. Porque intimidad de pareja no es solo contar cuantas veces “toca” durante el mes. El tiempo de pareja está en los pequeños detalles, en los momentos robados. Sí, intimidad es ese beso apasionado porque sí al preparar el desayuno, esa mirada cuando aun no se han dormido las niñas y no puedes esperar que caigan rendidas, ese liberar la imaginación y (frase no apta para menores ni conocidos de esta casa terremoteada) descubrir los espacios que se esconden en tu piso cuando tu cama está ocupada. Pero también es compartir una película, viciarse de una serie juntos en el sofá, bloguear codo con codo, leer juntos, hablar, cenar solos…pero en casa. La pasión a veces no la despierta ni una cena ni las niñas dormidas temprano, a veces la despierta hasta el mínimo gesto. Tener hijos y no salir a cenar solos todas las semanas, no quiere decir que la intimidad no exista. Prefiero no imponer esa obligación para luego sentirme culpable porque hace 6 meses que no salimos solos a ninguna parte.

Porque ahora no te lo parece, pero los niños crecen, los despertares nocturnos se reducen, el cansancio se hace parte de tu ser y ya no te sientes tan cansando a las de la noche, y la pareja va volviendo a abrirse paso: con más bagaje, con arañazos, con esfuerzo (criar saca lo mejor y lo peor de cada uno, ya lo sabemos…y sino lee este genial articulo) pero vas superando batallas, vas sumando buenos recuerdos, y la familia y la pareja salen fortalecidas. Entonces se valoran las cosas de forma distinta. Entonces puedes buscar otra vez esa chispa.

Y entonces, ese día que las niñas caen rendidas temprano…bueno…ese día tenemos fiesta, sea o no nuestro aniversario. Pero eso es cosa nuestra…

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Feliz aniversario amore.

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Archivado en: Familia

Yo mataré Monstruos por ti

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Una de las cosas que impiden el correcto sueño de los niños son las pesadillas, esos sueños agitados que forman parte de las noches. Esos muñecos, esas experiencias diurnas que por la noche aparecen en la mente de nuestros pequeños como Monstruos y experiencias terroríficas. Pero es que ¿quien no le tiene miedo a los monstruos? Pues en casa hemos descubierto un libro que nos encanta, y que nos ayuda a no tenerle miedo a los monstruos…y a lo que no son monstruos.

Cuando vamos de vacaciones a Barcelona, siempre aprovecho para pasearme por las librerias. Creo que en alguna ocasión os he contado que los libros en Chile son bastante más caros (que nadie se sorprenda de la baja tasa lectora…) así que aprovecho mis visitas para cargar la maleta con algunos cuentos que van apareciendo por casa durante el año. Este año me pasee por el FNAC, donde una de las personas que atendían me recomendó algunos de los titulos que yo ya tenía en mi lista. Echaba de menos una atención así cuando uno va de compras. Agradecí su sinceridad cuando había algún libro que no se había leído, y los que sí conocía, se notaba en sus recomendaciones que sabía de qué hablaba. Me recomendó varios cuentos, pero me dejó claro que no podía faltarme el cuento que os presento hoy:

Yo mataré monstres per tu, o Yo matare monstruos por ti.

yo matare monstruos por ti

Nosotras lo tenemos en catalán, porque también aprovecho que los libros que les compro allí sean en catalán y así lo escuchan un poquito más el idioma. Este libro a mi me encantó desde la primera lectura. Se lo regalé a la terremoto mayor un día porque sí, tuvo un día regular pero aun así ayudó mucho a su hermana; y al día siguiente se lo regalé cuando nos tocaba la hora de lectura. Y aunque las dos primeras veces se durmió, y yo ya pensaba que no le había gustado nada el libro, la tercera se quedó con los ojos como platos esperando el final de la historia.

Aun así, el libro pasó una semanas perdido en la biblioteca y yo ya pensaba que solo me gustaba a mi. Pero un buen día, terremoto mayor me dice que quiere este libro, el del mundo del revés y con letras boca abajo. Se acordaba! con solo una lectura completa! Ahora ya es un fijo en la lectura. Pero vamos a ver de qué se trata el libro:

Martina es una niña que le tiene miedo a quedarse dormida, porque ella imagina que hay un mundo de monstruos justo debajo nuestro. Cada uno tiene un reflejo en el mundo de los monstruos. A ella le da miedo porque piensa que, si se queda dormida y saca una mano o un pie de la cama, un monstruo se la llevará al mundo de los monstruos! Y ella va a tener que saltar todo el día como los monstruos y asustar a los humanos.

Monstres2

Hasta que su papá le dice “Yo mataré monstruos por ti” y le cuenta el pequeño secreto para que su miedo desaparezca. Le dice que cuanto más valiente es uno, más pequeño se hace nuestro miedo. Entonces Martina imagina que la monstruo de debajo de su cama es una niña monstruo, de pelo rosa. Y se queda dormida.

Monstres3

Entonces Santi Balmes, el autor del libro, nos cuenta la historia de Anitram, una niña monstruo de pelo rosa que tiene miedo a quedarse dormida, porque imagina que hay un humano debajo de su cama que se la quiere llevar al mundo de los humanos.  ¿imagináis como sigue la historia de Anitram no?

El final lo encuentro tan tierno que prefiero que lo descubráis al leer el libro, que además tiene unas ilustraciones geniales con sus letras del revés. Es un bonito libro para la hora de ir a domir, para llenarnos de valentía y alejar esos miedos que puedan acechar a los más pequeños.

Monstres6

Espero que disfrutéis de la lectura, y si tenéis recomendaciones de libros, bienvenidos sean!

Nada me gusta más que añadir libros a nuestra colección.

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¿Qué es Mindfulness?

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Hace unos días fui a un taller de Mindfulness para padres, dictado por el profesor de Harvard Christopher Willard ¿Por qué? ¿Cómo llegué ahí? Bueno, después de empezar a practicar Kundalini Yoga a principios de año, de conocer sus beneficios y de ir a una clase de yoga con terremoto mayor, empecé a buscar actividades para niños relacionadas con el yoga y la meditación. Terremoto mayor es una niña inquieta y que requiere movimiento continuo, pero le encanta el yoga y a veces hacemos los ejercicios del libro de yoga para niños que le regalaron en su 5° cumpleaños; además es de las que se abstrae en su mundo (yo era igual) así que cuando supe del curso de Mindfulness pensé que podría aprender técnicas que la ayudaran a concentrarse cuando tuviera que hacerlo.

No desde la obligación, sino desde el juego. Pero yo era igual que ella, y recuerdo lo que es terminar la última porque te pasas la clase soñando con otra cosa pero te etiquetan de lenta. Recuerdo estar en un examen, en 7° de EGB y darme cuenta, cuando la profe anunció que quedaba media hora, que solo había puesto el nombre en el examen. Me había puesto a mirar por la ventana…y me había abstraido por completo! Si algo puedo hacer para que ella pueda manejar eso cuando quiera hacerlo, creo que bienvenido sea. El mindfulness comparte varias caracteristicas con la meditación o con algunas practicas del yoga, como el kundalini. Todo cuadra!

¿qué es Minfulness?

Mindfulness es prestar atención al momento presente, con aceptación y sin juicio, pero con amabilidad y curiosidad, como nos decía Chris en el curso. O si preferís la definición de Wikipedia:

Mindfulness o ‘conciencia plena’ consiste en prestar atención, momento a momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por “aceptación” -una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no-. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con la normal rumiación acerca del pasado o el futuro.

Vale, quizás con esta definición no nos queda clara ni a nosotros, imagínate si quieres explicárselo a un niño. ¿Y si lo contamos con un cuento?

Chris contaba el cuento, que voy a intentar resumir, sobre un niño que buscaba la respuesta a tres preguntas: ¿qué es lo correcto?¿cuando es el mejor momento para hacer las cosas? ¿quién es la persona más importante? El niño le pregunta a sus amigos, que no le dan las respuestas que busca, hasta que se va a ver a una tortuga sabia que vive a las afuera. Cuando llega la tortuga está trabajando en el jardín y no le hace caso cuando él pregunta. Entonces el niño, Nikolai, viendo a la tortuga agotada, le ayuda con el trabajo. De repente se pone a llover y antes de ponerse a cubierto, Nikolai escucha el llanto de un panda. Rescata al panda herido y la que lleva a casa del maestro tortuga. La mama panda le cuenta que ha perdido a su bebe, y el niño vuelve al bosque a buscarlo. Lo encuentra asustado y lo lleva con su madre.

Entonces deja de llover, y el niño va a volver a su casa cuando le pregunta de nuevo a la tortuga, y ésta le dice: tus preguntas ya han sido respondidas! El mejor momento más importante es ahora. Si no te hubieras quedado a ayudarme no hubieras podido salvar a la mama panda y reunirla con su pequeño. La persona más importante es con la que te encuentres, sea quien sea, si estás solo eres tú mismo. Y lo correcto es ayudar a los demás.

Es un bonito cuento, podéis encontrarlo aquí si lo queréis leer completo. Es uno de los libros que hablan sobre los conceptos de Mindfulness para los niños.

Me gustó este ejemplo ilustrado para mostrar qué es Mindfulness:

curso chris willard

Imagen del curso MindFulness para padres

Mindfulness es ver lo que hay, como hace el perro en esta imagen. No siempre es posible, pues como humanos tenemos que trabajar, tenemos obligaciones etc…pero hay momentos en que nos perdemos la belleza de un paisaje, por ejemplo, por tener la cabeza en mil lugares diferentes, y no apreciamos ni somos consciente de lo que tenemos delante.

 Porqué Mindfulness

Porque nos permite empoderarnos

Porque es barato, simple y portátil: puedes aplicarlo en cualquier momento y en cualquier lugar

Porque revisa nuestro estado interno, más que ser una vía de escape: cambiamos los pensamientos, no los apagamos

Se trata de conectarse a uno mismo

Tiene evidencia efectiva: el cerebro cambia, se achica la amígdala

Construye resiliencia, entregando herramientas para enfrentar momentos delicados o difíciles.

Beneficios del Mindfulness:

Estar presente nos hace más felices, nos olvidamos de las preocupaciones. no importa lo que estemos haciendo, importa la atención que le prestemos. El momento presente es como unas vacaciones para nuestra mente.

Para padres: mejora la comunicación y aumenta la felicidad

Para profesores: ayuda a calma la clase

Terapeutas: los pacientes sienten que sanan mas rápido

Profesionales de la salud: mejora la confianza de sus pacientes

Mejora la concentración

Reduce el estrés

Ayuda a regular las emociones y a manejar la hiperactividad

Una de las cosas que Chris mencionaba, era que Mindfulness está dentro de nosotros, que solo hay que dejarlo salir. Y que se puede practicar en muchas actividades cotidianas, solo tenemos que hacernos conscientes. Por ejemplo al caminar: en vez de ir caminando pensando en lo que tienes que hacer el resto del día, sé consciente del caminar, de cómo pisas el suelo, de cómo se sienten los zapatos, del paisaje que ves a tu alrededor, del olor de las flores, de tu respiración al caminar.

Para que el post no quede demasiado largo, el próximo miércoles os cuento cómo se puede practicar mindfulness en familia o ejercicios con niños. Las respiraciones y el cambio de posturas son importantes en esta práctica. Como nos decían en el curso, primero debemos aplicarlo nosotros, porque el proceso empieza en nosotros. Si nosotros somos más empáticos, reaccionamos de forma diferente a las situaciones de estrés, acallamos nuestra voz critica, aceptamos mejor nuestras responsabilidades, pedimos perdón con mayor facilidad…con todo esto, vamos a ser más empáticos, comprensivo, con nuestros hijos. Y si ellos nos ven practicar mindfulness van a querer hacerlo con nosotros. Termino con una frase:

Be who you needed when you where younger

y un mini ejercicio muy relajante que podéis probar en todas partes, como aperitivo del próximo post:

Respiración 7/11: estás en un momento de estrés, mal día en el trabajo, llegas a casa y los niños gritan y está desordenado, hay que hacer la cena y estás a punto de perder la paciencia…prueba esto. Respira inhalando aire por la nariz mientras cuentas hasta 7, y suelta el aire por la boca mientras cuentas hasta 11. Hazlo unas 5 a 10 veces y verás el cambio. Al tener que contar y ser respiraciones largas, te olvidas de gran parte de tus pensamientos, escuchas tu respiración…y te relajas! Puedes hacerlo con los niños también, a las terremoto les ha encantado el ejercicio, y me sirve para que bajen las revoluciones a última hora de la tarde.

Seguimos el próximo lunes!

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Archivado en: Familia, Meditación, Mindfulness, Pequeñas terremoto

Mindfulness con niños

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La semana pasada contaba un poco lo que aprendí en el curso de Mindfulness al que asistí hace unos días. Hoy quiero contar de algunos ejercicios Mindfulness que pueden hacerse con niños.

Primero, me encantó algo que dijo Chris en el curso. Muchas veces les decimos a los niños: “Dame un minuto” o “Voy en un minuto” Pero no nos damos cuenta que los niños no saben qué es un minuto, ni cuanto dura. Probemos algo. Toma un cronómetro. Durante un minuto, cuenta cuantas respiraciones haces (respiraciones completas, inhalar y sacar el aire) si estás tranquilo en este momento, ahora ya sabes cuántas respiraciones haces en un minuto cuando estás tranquilo. A mi me salieron 9 y media, pero en otras ocasiones me han salido 12.

Si repites el ejercicio en un dia complicado de trabajo, por ejemplo, vas a poder medir qué tan estresado estás por la cantidad de respiraciones. Si haces este ejercicio con los niños, y les salen por ejemplo 18 respiraciones, después cuando necesites que te esperen un minuto puedes decirles:

” cuenta 18 respiraciones largas y vienes a buscarme”

Así ellos practicaran un momento mindfulness y tu tienes tu minuto.

Con los niños, para que no se aburran de practicarlo y para ellos sea un juego, hay que usar prácticas cortas, ejercicios de 5 minutos y ojalá que involucren todos los sentidos, usando mucho la imaginación.

1. enfriar el chocolate.

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Este ejercicio es bueno en momentos de rabia, es bueno para calmarnos. Ahuecamos las manos como si tuviéramos una taza imaginaria en ellas, o como si nuestras manos fueran una taza que contiene chocolate caliente, o tomamos una taza de verdad o de juguete que esté vacía. Jugamos con los niños a imaginar que es chocolate y que cuando inhalamos aire estamos oliendo el chocolate, y cuando sacamos el aire la estamos soplando para enfriar el chocolate. Con este ejercicio, calmamos nuestra respiración y nos relajamos. Puede que no aguanten mucho según la edad de los niños (la pequeña terremoto no aguanta más de 3 respiraciones) pero les gusta. Ah! el tema es que almenos a mi me entra hambre de chocolate.

2. acompasar la respiración

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Este ejercicio a mi me encantó. En el curso lo hicimos por parejas, con personas que no conocíamos. También me lo habían recomendado en sesiones de Reiki. Te sientas frente a una persona, que cierra los ojos y respira de forma calmada. Tu la miras, observas su respiración, e intentas acompasar la tuya a la suya. Cuando la acompasas, cierras los ojos. Después la persona que primero tenía los ojos cerrados los abre, y si no están aun acompasadas las respiraciones, la acompasa a la tuya. Para terminar, ambos abren los ojos y se sonríen. 

Este ejercicio me encantó y me hizo reflexionar algo ¿Cuantas veces miramos a los ojos a la gente? La conexión es distinta cuando miras a una persona a los ojos, aun sin hablar. Yo lo hago con las niñas, pero creo que deberíamos hacerlo siempre. Pero no me voy a desviar ahora del tema…

Este ejercicio para niños pequeños puede ser algo difícil, pero puede hacerse otro similar. Estirados en el suelo, colocamos algo sobre el abdomen y vemos como se levanta cuando respiramos. O podemos poner nuestra mano, o decirles a los pequeños que pongan la suya sobre el nuestro. Son ejercicios parecidos, pero que te calman la respiración y te mantienen concentrado en ella.

3. un momento para agradecer

Este ejercicio, contaba el profesor, es independiente de la religión. Es tomarse un momento al día para agradecer por algo bueno que nos haya pasado. Nos contaba que también podemos reservar la actividad para hacerla en vacaciones, o a fin de año. Un ejemplo para hacer con niños que nos contaba Chris era tomar un tarro y escribir a final de curso cosas buenas que hayan pasado ese curso. Se guardan y se abren al año siguiente, o quizás cuando estén pasando un mal momento en el curso si es necesario.

4. caminar

mindfull walking

Mindfulness walking: este ejercicio si que es sencillo para hacer en cualquier momento con niños. Estáis en el parque, en verano, os descalzáis y camináis por el césped sintiendo las cosquillas que hace en los pies, como se hunde con nuestros pasos, si está frío, o solamente fresco, o seco. Nos concentramos en sentir como pisamos, qué se siente. Y se puede complementar sintiendo el viento en la cara, escuchando los pájaros (nosotras contamos cuántas veces escuchamos un pájaro en ese rato) También lo podemos hacer nosotros camino al trabajo o al supermercado. Ver como apoyamos el pie, como se siente el asfalto, como camino yo. Y con niños hay miles de otras maneras para aplicarlo; imaginación al poder: escuchar el ruido que hacemos al pisar la nieve y como cruje bajo los zapatos, caminar como si la linea del asfalto fuera una cuerda floja, caminar sin pisar las lineas, caminar como alguien que está muy contento, caminar como alguien que está muy cansado…y mil más! Con este ejercicio las pequeñas terremoto y yo lo pasamos muy bien haciendo locuras.

5. respiración de super héroes

superheroes

Te has encontrado alguna vez con que tu hij@ tenía una presentación y estaba nervioso, o le dan miedo las alturas o subir a un ascensor. Estas respiraciones de superhéroes que nos enseñó Chris en el curso son geniales para que los pequeños se olviden de los nervios y el miedo y se sientan valientes. Yo las he usado con terremoto mayor en el ascensor, pero estoy segura que a la que le pille el truquillo las usará cada vez que esté nerviosa. ¿Cómo es la respiración de Superman? Inhalas aire y al soltarlo levantas los brazos como si fueras a volar. A terremoto mayor le gusta hacer la respiración Hulk.

6. comer Mindfulness

Comer mindfulness es algo difícil de hacer cada día con el mundo de hoy, que corremos cada día todo el día. Pero quizá podemos reservarlo para el desayuno del domingo, o para los primeros vocados de cada cena…o en el caso de los pequeños y como lo aplico yo con las terremoto: para cuando comemos huevo kinder. Cuando le das un huevo kinder a un niño pequeño, si te despistas antes que te gires ya se lo ha zampado entero (porque les gusta comprobar si les cabe, almenos la mitad) Yo con las pequeñas intento que nos sentemos en el suelo, que escuchemos como suena el papel al sacarlo, y como suena la sorpresa dentro del huevo. Toquemos lo rugoso del chocolate y lo partamos por la mitad sin que se rompa. De ahí intento que lo huelan, muerdan un pedacito y lo saboreen…y ahí ya las dejo porque es mucha tortura (y no logro siempre el proceso completo supongo que lo imaginais) Se puede hacer con fruta también, pero las mías pasan jaja. Se trata de estar consciente de lo que estás comiendo, de olerlo, saborearlo, concentrarte en lo que haces. Estar presente.

7. conteo Zen

mindful 2

Este ejercicio o juego lo encontré difícil y divertido. Puede hacerse entre adultos o con niños o en familia. Se trata de estar en silencio, y sin establecer turnos ni avisar, se van nombrando en voz alta los números del 1 al 10. Si dos personas dicen un número a la vez, hay que empezar de nuevo. Es genial! (y un poco difícil también…quizá con niños sería mejor contar hasta 5 para que no se frustren)

8. Respiración 7/11

Este ejercicio es bien simple, consiste en inhalar contando hasta 7, y exhalar contando hasta 11. Este puede ser para niños o para cuando estamos a punto de perder la paciencia.

Espero que os hayan gustado estos simples ejercicios que aprendí y que podáis aplicarlos con los pequeños de la casa o en familia si os apetece. Hay muchísimos más, esto es solo un resumen de los que más me gustaron del curso, o encontré más aplicables. También debería contaros sobre los límites a la tecnología de los que hablaba el curso, pero lo dejo para otro día! Tenéis más información sobre lo que hace Christopher Willard aquí.

Pata terminar, os dejo algunos beneficios de la práctica del Mindfulness, sobre los que os hablé aquí, pero más enfocado en los pequeños:

Beneficios Mindfulness

Mejor conocimiento y manejo de las emociones

Mejora de la concentración

Sentir y experimentar mayores niveles de bienestar

Potencia la memoria

Reducción del estrés o aumento de la relajación

Aumento de la creatividad

Aprender a ser consciente del momento presente

y muchos más! Feliz semana!

 

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  • Las imágenes son del curso de Mindfulness para padres, y de la presentación de Chris Willard. 

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